San Agustín dice: “Yo no creería en el Evangelio si no me forzase a ello la autoridad de la Iglesia” [...]. Alguien encuentra muy bella una pieza de música moderna porque todo el mundo pretende encontrarla bella [...]. No son pocos aquellos que en sus acciones y omisiones solo conocen un motivo: a saber, lo que los otros piensan de ellos. Alguien dice: “Uno no se avergüenza de algo de que nadie está enterado”. Hay quienes solo pueden tener una sensación de felicidad cuando suscitan la envidia de los demás, y hay quienes se desean y se causan un sufrimiento para disfrutar de la compasión de los prójimos. Cabría multiplicar hasta el infinito tales ejemplos. Apuntan a una especificidad psicológica que es netamente distinta de otra actitud, la cual tiene, a la inversa, la sensación de que los factores principalmente motivadores son los factores internos o subjetivos. Tal persona dice [...]: “Veo que hoy, de manera imprevista, hace mal tiempo, mas, a pesar de todo, realizaré mi plan, que concebí anteayer” [...] Alguien dice: “Mi libro es probablemente ininteligible, pero para mí es suficientemente claro” [...] No son pocos los que pueden tener una sensación de felicidad tan solo si están seguros de que nadie sabe nada de ello. Una cosa es mala porque agrada a todos. En lo posible se busca lo bueno allí donde nadie lo sospecha. Un hombre así replicaría a San Agustín: “Yo creería en el Evangelio si la autoridad de la Iglesia no me forzase a ello”
Estas citas están extraídas de una conferencia pronunciada por Jung en 1923, dos años después de la publicación de una de sus obras tempranas, Tipos Psicológicos, que acabó convirtiéndose en una de las más conocidas e influyentes.
El asunto de la tipología es una cuestión de vital importancia, tanto en el entendimiento de las propias aptitudes y actitudes individuales como en el terreno de las relaciones humanas, de la interacción social. Siendo el carácter la esencia y la ubicación de ese "cristal coloreado", peculiar y subjetivo, con que cada uno mira al mundo, lo que sentimos mejor y más sincero de nuestra perspectiva y juicio nos convoca constantemente, sin embargo, el peligro de caer en demasiada arbitrariedad a la hora de comprender y valorar la realidad que nos rodea, y a menudo nos conduce a enconados conflictos con los demás y sus diferentes personalidades y, por ende, puntos de vista. Todo lo cual es también aplicable en la aventura de conocerse y comprenderse a sí mismo, ya que nuestra tipología refleja la estructura innata de nuestra conciencia, de nuestro yo, mientras que lo inconsciente, desde la profundidad de nuestra alma, nos enfrenta con su personalidad peculiar, distinta, que, aún caminando con nuestros zapatos y mirando la vida a través nuestro, lo hace desde su cristal de color diferente.
Hemos elaborado un conjunto de fichas tipológicas que atienden al acervo de caracteres que manejamos en el test Myers-Briggs. En ellas tratamos de resumir de un modo sinóptico y claro el compedio de información que al respecto hemos acumulado desde una selección de fuentes cuidada y minuciosa, contrastada con nuestra propia experiencia e investigación de campo al respecto durante años.
Aconsejamos leer como iniciación al tema esta conferencia transcrita desde la presentación de uno de nuestros talleres de carácter:
Introducción a los Tipos Psicológicos
Una breve historia de la Tipología y una explicación de los fundamentos del test MBTI
Un extracto desde este trabajo:
[...] Las funciones pensamiento y sentimiento van a ser las denominadas racionales, porque su esencia es valorar, juzgar e instigar la decisión de la voluntad en torno a esos valores. El pensamiento distingue lo verdadero y lo falso, trata de diferenciar acierto de error. El sentimiento valora bueno y malo, bello y feo, armonioso y discordante. El pensamiento es aéreo, solar, seco, y tiene vocación de habitar en mitad de la luz consciente, del yo, íntimamente adherido a la voluntad. Su mundo es abstracto y marcadamente impersonal. El sentimiento está más cerca del inconsciente, no está del mismo modo sujeto a la voluntad, a pesar de su racionalidad; es húmedo, lunar, más pasivo y opaco que el pensar. Su mundo es marcadamente relacional. Estadísticamente, el pensamiento rubrica la más alta proporción de caracteres entre los hombres. El sentimiento hace lo propio entre los caracteres de mujer.
La sensación y la intuición son a-racionales, porque no valoran ni juzgan, fundamentalmente perciben. La intuición es la capacidad de mirar a través de los ojos del inconsciente. Da cuenta de procesos y fenómenos más allá de lo visible y palpable, más allá del aquí y ahora. Se extiende hacia el futuro con total facilidad. Convoca la "ciencia infusa". La sensación es la capacidad de percibir a través de los sentidos, centrada en el estricto aquí y ahora. La intuición está más cerca de lo racional que la sensación, pues también forman parte de ella todas esas inferencias que alcanza en nosotros lo inconsciente, más allá de nuestra voluntad. Esas soluciones que obtenemos precisamente cuando "consultamos con la almohada" y abandonamos el esfuerzo del pensar dirigido y consciente, todos esos "eureka" espontáneos, lúcidos y creativos, son de su responsabilidad. La intuición tiene vocación iluminadora, comprensiva. Se refiere a lo más general. Es, digamos,Yang. El mundo de la sensación es lo fisiológico, lo instintivo, lo corporal. Lo palpable, concreto y terrenal. Se refiere a lo particular. Es Yin. Ambas convocan a la acción inmediata y refleja a través de la inspiración y el instinto, respectivamente. La sensación instiga rápidamente según el placer y el dolor. La intuición atrae, encanta, convence. Proporcionan el empuje a la conciencia desde aprioris y premisas que están más allá de su capacidad de valoración dirigida, meditativa y deductiva. Diríamos que más allá de su ética y de su estética.
La intuición y la sensación tienen un reparto estadístico "unisex" entre la población. Su prevalencia no distingue entre hombres y mujeres. Los caracteres orientados a la sensación son mayoría.
De un modo demasiado simple y esquemático, podemos decir que las funciones a-racionales son nuestra captación de lo real, visible o invisible. Las funciones racionales son el medio por el que nos orientamos en esa realidad.
Según cuál de las funciones sea la favorita de la conciencia, distinguimos cuatro caracteres: los sensitivos o sensoriales, los intuitivos, los sentimentales y los pensadores. Cada uno de ellos puede orientarse hacia la extraversión o la introversión, lo que resulta en los ocho tipos fundamentales que trata Jung en su obra. Sin embargo, no hay que perder de vista la obviedad de que cada personalidad contiene dentro de sí las cuatro funciones constituyentes de toda psicología humana completa, y que nunca es el rasgo de la función principal ni su orientación extravertida o introvertida lo que nos va a dar por sí solo todas las claves para comprender los pormenores de un tipo. De entrada, hemos de decir que la conciencia necesita apoyar siempre su función principal en una secundaria, con la cual forma un binomio inseparable, pues el proceso cognitivo completo es percibir y valorar, y para ello necesitamos siempre que una función racional esté acompañada de una a-racional para que ambas puedan "realizar su trabajo". Así, un carácter eminentemente sentimental se apoyará bien en la intuición o en la sensación, una personalidad intuitiva en el pensamiento o el sentimiento, etc. La dupla función principal-secundaria la podemos metaforizar con la imagen de nuestras dos manos haciendo conjuntas una labor. Aunque siempre una sea la "diestra", sin el apoyo de la "siniestra" se muestra incapaz en alto grado. Esta pareja es la que nos da el conjunto de rasgos principales de la estructura de la conciencia. La dupla que forman la tercera y cuarta se adentra en el inconsciente del sujeto, configurando los rasgos de su Sombra. Sin embargo, la tercera función aún es en parte consciente y, por ello, aún produce algunos contenidos que le resultan familiares y aprovechables a la personalidad principal. La cuarta, sin embargo, adopta una postura compensadora y hasta opositora frente a la conciencia, convirtiéndose decididamente en la debilidad del sujeto. Se erige portavoz de su inconsciente. [...]
A continuación, la descripción de los 16 tipos propuestos por el MBTI:
ESTJ | ESTP | ESFJ | ESFP | ISTJ | ISTP | ISFJ | ISFP
ENTJ | ENTP | ENFJ | ENFP | INTJ | INTP | INFJ | INFP
La versión extendida del test se encuentra alojada online. Pulse y siga las instrucciones:
Test Extendido MBTI
Apoya el mantenimiento de este test:
*La principal fuente en la que está basada nuestra versión del test se puede hallar en la publicación "Cómo soy en realidad y cómo son los demás", de Sandra Hirsh y Jean Kummerow (Ed. Altaya).
*En versión inglesa, la batería clásica de ítems del MBTI, más reducida y simplificada, se puede cumplimentar en: humanmetrics.com.