Hace unos días que ha caído casualmente en nuestras manos la transcripción de una entrevista a Ken Wilber donde muy explícitamente plantea su controversia con Carl Jung. Reconozco que no la conocía, y no he logrado aún descifrar el nombre completo de la entrevistadora, una tal EZ (Edith…), ni tampoco la fecha y el lugar de la publicación original (que parecen recientes), aunque queda claro que la interviú en sí tuvo lugar en algún momento de 1984.
Lo tomaremos como una réplica a lo vertido en la primera parte de este artículo, y pasaremos luego a responderlo aquí, después de publicar el fragmento que nos interesa:
[…] Son precisamente los místicos quienes afirman que la esencia de su religión es básicamente idéntica en todas las religiones místicas y que recibe muchos nombres cuando, en realidad, es Uno. Pero no encontrarás un solo creyente mítico -un fundamentalista protestante, pongamos por caso- que admita fácilmente que el budismo también es un camino perfecto de salvación. Quienes creen en los mitos suelen considerar que están en posesión del único camino, porque su religión se basa en mitos externos, que varían de lugar en lugar; y esto es lo que imposibilita que perciban -a diferencia de los místicos- la unidad interna que se oculta detrás de los símbolos externos.
EZ: Sí, ya veo. ¿De modo que no estás de acuerdo con Carl G. Jung en que los mitos son arquetípicos y, en ese sentido, tienen una importancia mística o trascendente?
-Tiene que ser cáncer -eso era lo único en lo que yo pensaba en ese momento-. ¿Qué otra cosa podría ser? El doctor ya nos lo explicará. El doctor ya nos lo explicará. El doctor… ya puede irse al diablo! Maldita sea! Maldita sea! Maldita sea! ¿Dónde están los mecanismos de represión y negación cuando más los necesito?
Pero, en cierto modo, era de eso, de negación y de represión, de lo que había venido a hablar Edith. Nuestro tema fundamental era la relación existente entre la psicología y la espiritualidad. E íbamos a hacerlo siguiendo mi propio modelo general, una síntesis que pretende relacionar los dos intentos más importantes de comprender al ser humano.
Para Treya y para mí, ésa no era una simple preocupación académica. Los dos estábamos profundamente implicados en nuestra propia terapia -con Seymour y con otros- y ambos habíamos meditado durante mucho tiempo. ¿Cómo relacionábamos las dos cosas entre sí? Este era el tema fundamental de conversación constante entre Treya, yo y nuestros amigos. Creo que uno de los principales motivos por los que acepté la entrevista de Edith fue precisamente porque ese tema era, tanto teórica como prácticamente, de capital importancia en mi vida.
Cuando recordé nuevamente la pregunta de Edith, me di cuenta que habíamos llegado a un punto clave: Carl Gustav Jung.
Esperaba que ese tema saliera a relucir. Por aquel entonces, al igual que ahora, la encumbrada figura de Carl Jung -del que Campbell no es sino un seguidor más- domina totalmente el campo de la psicología de la religión. Cuando abordé este campo por primera vez, creía firmemente, como todo el mundo, en los conceptos fundamentales y en los esfuerzos pioneros que Jung realizó en esta área. Pero con el transcurrir de los años acabé llegando a la conclusión de que Jung cometió varios errores profundos, y que esos errores -intensificados por lo profuso e incuestionado de su difusión- constituían el principal escollo en el terreno de la psicología transpersonal: no era posible entablar una conversación sobre psicología y religión sin antes aclarar este difícil y espinoso tema. Así es que, durante la siguiente media hora, Edith y yo nos dedicamos a intentar aclararlo. ¿Acaso estaba yo en desacuerdo con Jung en que los mitos eran arquetípicos, y por consiguiente, místicos?
KW: Jung descubrió que los hombres y mujeres modernos pueden producir de manera espontánea -en los sueños, la imaginación activa, las asociaciones libres, etcétera- casi todos los temas fundamentales de las religiones míticas del mundo. Este hallazgo le condujo a deducir que las formas míticas básicas -a las que denominó arquetipos- son comunes a todas las personas, las hereda todo el mundo y se transmiten gracias a lo que él denomina inconsciente colectivo. Y luego afirmó aquello de que -y aquí le cito literalmente- el misticismo es la experiencia de los arquetipos.
Pero, en mi opinión, este punto de vista incurre en varios errores cruciales. En primer lugar, es evidente que la mente, incluso la mente moderna, puede llegar a producir, de manera espontánea, formas míticas esencialmente similares a las que podemos encontrar en las religiones míticas. Como ya he dicho, los estadios preformales del desarrollo mental -en especial el pensamiento preoperacional y el pensamiento operacional concreto- son naturalmente mitógenos. Todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo atraviesan esos estadios del desarrollo durante la infancia, lo que les permite acceder de manera espontánea a la estructura del pensamiento mítico, especialmente en los sueños, en donde los niveles primitivos del psiquismo pueden aflorar con más facilidad.
Pero eso no tiene absolutamente nada de místico. Según Jung, los arquetipos son formas míticas básicas vacías de contenido, mientras que el misticismo, por su parte, es consciencia carente de forma. No parece existir, por tanto, ningún punto de contacto entre ambas estructuras.
En segundo lugar, Jung tomó prestado el término arquetipo de grandes místicos como Platón y San Agustín. Pero la forma en que lo utiliza no es la misma en la que lo utilizaron ellos ni tampoco en la que lo han utilizado los grandes místicos del mundo entero. Para los místicos -Shankara, Platón, San Agustín, Eckhart y Garab Dorje, por ejemplo-, los arquetipos son las primeras formas sutiles que aparecen cuando el mundo brota del Espíritu carente de forma, del Espíritu no manifestado.
Para ellos, los arquetipos son los modelos en los que se basan todos los demás modelos manifestados. EI término arquetipo, procede del griego arche typon, que significa modelo original. En este sentido, los arquetipos son formas sutiles, formas trascendentales, las primeras formas manifestadas, ya se trate de manifestaciones físicas, biológicas, mentales, etcétera, etcétera. Y en la mayor parte de las formas de misticismo, esos arquetipos son pautas de radiación, puntos de luz, iluminaciones audibles, formas y luminosidades de colores radiantes, luces irisadas, sonidos y vibraciones, a partir de los cuales se manifiesta y condensa, por así decirlo, el mundo material.
Pero Jung utiliza el término refiriéndose a ciertas estructuras míticas básicas que son comunes a todos los seres humanos, como el tramposo, la sombra, el Sabio, el ego, la máscara, la Gran Madre, el anima, el animus y otros. Para Jung, pues, los arquetipos no son tanto trascendentales como existenciales, simples facetas de la experiencia comunes a la condición humana cotidiana. Coincido con él en que esas formas míticas constituyen un legado colectivo, y también estoy plenamente de acuerdo en que es muy importante llevarse bien con esos arquetipos míticos.
Si, por ejemplo, tengo un problema psicológico con mi madre, si tengo lo que se llama un complejo materno, es importante que me dé cuenta de que gran parte de la carga emocional no sólo proviene de mi propia madre biológica sino también de la Gran Madre, una poderosa imagen del inconsciente colectivo que es, por así decirlo, la quintaesencia de todas las madres del mundo. Es decir, el psiquismo parece llevar integrado en sí mismo la imagen de la Gran Madre, del mismo modo que también parece estar equipado con las formas rudimentarias del lenguaje, la percepción y diversas pautas instintivas. De este modo, si se reactiva la imagen de la Gran Madre, no sólo tendré que habérmelas con mi propia madre biológica, sino también deberé afrontar miles de años de experiencia materna. Así pues, la imagen de la Gran Madre conlleva una carga que hace que tenga un impacto muy superior al de mi propia madre biológica. Llegar a entrar en contacto con la Gran Madre a través del estudio de los mitos de todo el mundo, constituye una buena forma de hacer frente a esa forma mítica, de volverla consciente y así poder diferenciarse de ella. Estoy totalmente de acuerdo con Jung sobre este punto. Pero, en cualquier caso, esas formas míticas no tienen nada que ver con el misticismo, con la auténtica consciencia trascendental.
Lo explicaré de una manera más sencilla. El gran error de Jung, en mi opinión, consistió en confundir lo colectivo con lo transpersonal (con lo místico). El hecho de que mi mente herede ciertas formas colectivas no significa que esas formas sean místicas o transpersonales. Todos heredamos colectivamente diez dedos en los pies, por ejemplo, pero el hecho de experimentar los diez dedos de mis pies no supone en modo alguno estar viviendo una experiencia mística! Los arquetipos de Jung no tienen prácticamente nada que ver con la consciencia auténticamente espiritual, trascendental, mística y transpersonal; son formas heredadas colectivamente que compendian algunos de los encuentros más fundamentales, cotidianos y existenciales de la condición humana: la vida, la muerte, el nacimiento, la madre, el padre, la sombra, el ego, etcétera. Pero en esto no hay nada místico. Colectivo sí, pero transpersonal no.
Hay elementos colectivos prepersonales, elementos colectivos personales y elementos colectivos transpersonales; y Jung no los diferencia con la claridad necesaria. Es ese descuido, en mi opinión, lo que desvirtúa toda su comprensión del proceso espiritual.
Así que estoy de acuerdo con él en que es muy importante entenderse con las formas tanto del inconsciente mítico personal como del inconsciente colectivo. Pero ninguno de ellos está relacionado con el verdadero misticismo, que consiste en encontrar, en primer lugar, la luz más allá de la forma, y en segundo, la ausencia de forma más allá de toda luz.
EZ: Pero tropezar con el material arquetípico del psiquismo puede constituir una experiencia muy poderosa y, en ocasiones, hasta muy sobrecogedora.
KW: Sí, porque los arquetipos son colectivos y su poder trasciende, con mucho, al individuo: cuentan con el poder de millones de años de evolución a sus espaldas. pero colectivo no significa transpersonal. El poder de los verdaderos arquetipos, los arquetipos transpersonales, se deriva directamente del hecho de que son las primeras formas del Espíritu atemporal. El poder de los arquetipos jungianos, por su parte, se deriva del hecho de ser las formas más antiguas de la historia temporal.
Como constató el mismo Jung, es necesario alejarse de los arquetipos y diferenciarse de ellos para liberarse de su poder, un proceso al que denominó proceso de individuación. Y una vez más, estoy completamente de acuerdo con él a este respecto. Hay que diferenciarse de los arquetipos jungianos.
Pero, en última instancia, para que la identidad de la persona se transforme en esa forma transpersonal, uno debe acercarse a los verdaderos arquetipos, los arquetipos transpersonales. Y ésa es una diferencia enorme. El único arquetipo jungiano auténticamente transpersonal es el Self, pero hasta la misma exposición de Jung a este respecto me parece sumamente frágil porque, a mi juicio, no enfatiza lo suficiente su carácter no dual. Así pues…
El contenido de la entrevista no nos revela nada nuevo acerca de lo que ya conocemos de la postura de Wilber frente al arquetipo. Por lo tanto, tampoco yo voy a tener que hacer ahora otra cosa que abundar un poco más en lo ya dicho.
Aquí lo tenemos como si respondiera a mi «Ken dio un patinazo» del hilo anterior con un «Jung cometió errores cruciales». Como ya señalé, ese error crucial que cometió Jung en estas lides es permitir que el público entendiera sólo esto del arquetipo: «la Gran Madre, una poderosa imagen del inconsciente colectivo que es, por así decirlo, la quintaesencia de todas las madres del mundo […] [Los arquetipos] cuentan con el poder de millones de años de evolución a sus espaldas«. Y el patinazo de Ken es no haber sabido usar su intuición ni aprovechar su experiencia mística personal para leer entre líneas cuando incluso Jung parece detenerse en una definición así.
Voy a usar el arquetipo Anima para ejemplificar lo que ocurre en general.
Sabemos que el Anima, efectivamente, contiene entre sus cualidades más señeras el ser algo así como la quintaesencia de todas las mujeres del mundo, habidas y por haber. Enumeremos las más inmediatas causas lógicas que se nos ocurren para explicar esta circunstancia:
- Se trata de la introyección condensada de las experiencias de todos los machos humanos con las hembras humanas a lo largo de la Historia. El Anima como depósito sedimental colectivo de las experiencias externas con la mujer. Una especie de archivo akásico, de memoria colectiva, de esta fenomenología que no deja de ser «humana, demasiado humana«.
- Se trata de la personificación de los instintos femeninos; de la etología, del comportamiento femenino esencial. La Feminidad en sí. También seguimos sin lograr trascender el plano «genital», en terminología freudiana. Seguimos sin traspasar la frontera de lo cotidiano, del ego trivial, que diría Ken.
Ambas hipótesis (no excluyentes) hablan del arquetipo, en este caso el Anima, como no otra cosa que una especie de cristalización abstracta de la mujer promedio, como la representación cognitiva heredada de una mujer estadísticamente muy probable. Un modelo femenino general. Sin más que estas consideraciones, que estoy de acuerdo son bien poco transpersonales, ya estamos sin embargo inmersos en el Mundo de las Ideas de Platón, el mundo de los «Modelos de Todas las Cosas», que Wilber se empeña en señalar como más místico, transpersonal, que Jung. Pero si a Platón lo entendemos sólo literalmente, estudiándolo con el puro intelecto, sin aplicar intuición, la mayor parte del tiempo veremos que no trascendemos sustancialmente el trivial mundo de las representaciones colectivas. No transpersonales, sino colectivas. O sea, mundanas. Es decir, no ascendemos ni un peldaño sobre el mundo de la abstracción, donde lo más «místico» que tenemos son… las matemáticas. Si el alma no entendiera también desde la poesía el discurso de Platón, lo que veríamos que estipula como mundo y conciencia superiores es una especie de portada ideal de la revista «Casa y Jardín», donde hay lo mismo que aquí abajo, en la cueva, pero perfeccionado apolíneamente, con la sombra erradicada. Podemos imaginar, efectivamente, una preciosa casita habitada por una pareja de recién casados bellísima y virtuosísima. Una mística de «American Way», como quien dice. Precisamente esto fue lo que llevó a Aristóteles a pensar ¿por qué mi maestro necesita duplicar el mundo? Él no pudo tampoco captar mucha transustancialidad en el platonismo. Por supuesto que desde su intuición sí estaba fascinado por la apertura al auténtico misterio que proponía Platón, y se resistió a erradicar completamente este aspecto, vamos a decir, romántico de su propias doctrinas, barruntando en ello veracidad, pero desde su estricta razón vio en la construcción platónica demasiado reflejo, repetición, de la más llana y accesible realidad. Nosotros, «los neoplatónicos del futuro», tenemos sin embargo poco problema para captar la auténtica trascendencia a la que se refería el gran genio. Porque no sólo somos meros lectores, sino hermeneutas.
También con sólo este plano alcanzamos las disquisiciones de un Rupert Sheldrake. Pero lo que menos le debería interesar a un junguiano del campo morfogenético es que sea un contenedor acumulativo de la experiencia cotidiana de los miembros de una especie. Lo realmente importante es preocuparse de la procedencia y esencia última de esas instancias. Tratar de entender que seguramente no sean un cuenco tipo tabula rasa, sino que su realidad se repliegue dentro de la propia de las «Causas Primeras», aquello que impone activamente sus planes prefijados (vamos a decirlo así) a las especies y a los individuos que tutelan. Que probablemente no sean sustancias ciegas, que es lo que Wilber acaba entendiendo precisamente del arquetipo: «son formas heredadas colectivamente que compendian algunos de los encuentros más fundamentales, cotidianos y existenciales de la condición humana«.
Sin embargo, en cuanto profundizamos en la fenomenología del Anima, vemos que ese matiz de ser «modelo femenino» no agota ni mucho menos las cualidades de su esencia, y, por tanto, que estos primeros acercamientos a ella se quedan bien cortos. En cuanto aparece el Anima como musa/psicopompo, que es precisamente el modo en que irrumpe en la conciencia como entidad psíquica autónoma, el modo en que ella se empieza a mostrar como un contenido psíquico con genuina existencia (es aquí donde se descubre al Anima, en sí; aquí donde hace su incursión en la psicología contemporánea, no desde la relación del médico con sus pacientes y amantes y sus problemas cotidianos), lo que aparece es una entidad mágica. Trascendente. Cuando en un sueño se me aparece una magnífica guerrera de dos metros de altura, embutida en cuero negro, que se transforma seguidamente en un delfín con una especie de radar-periscopio en la cabeza que me invita a seguirlo para recorrer mi destino hacia lugares inconcebibles, se acabó la familiaridad con la mujer humana y el trato cotidiano con ella. Desde hace millones de años, hasta millones de años a partir de hoy (mera licencia poética). Eso no es feminidad, ni es ningún modelo femenino, pero sí es Anima en absoluta propiedad y empieza a acercarnos al verdadero concepto de arquetipo. El Hombre por ello ha necesitado crear esos catálogos de monstruos que son sus mitologías y sus religiones, que sólo una conciencia encadenada a lo literal y reduccionista puede pensar que son metáforas y condensaciones de la realidad ordinaria. No; la esencia del Anima está perfectamente expresada en una sirena y en un hada, cosas que por definición pertenecen a lo extraordinario. No sólo a lo colectivo y lo universal.
La representación de un hombre con cabeza de perro ni quiere expresar «perro» ni «hombre». Trata de mostrar un atisbo arquetípico. Cuando el artista quiere representar a un hombre, lo hace. A un perro, también. Cuando necesita representar lo insólito, lo hace con una figuración insólita. El arquetipo es friki, o no es. En ese sueño que acabo de resumir, justo cuando descubrimos a la sirena, al monstruo mágico, nos damos cuenta que tiene mucho que ver con algo tan ordinario como es una fantasía sexual. Vemos a la puta al lado del hada. Jamás los sueños y las relaciones con enormes putas en cuero negro condujeron a la experiencia genuina del Anima ni a su conceptuación intelectual, pero la relación con ella, en su holística y transpersonal faz, sí nos remite a la inclusión de lo ordinario, humano y hasta animal también dentro del campo de su influencia. Está claro que esto es motivo de muchísima confusión. Pero sólo si nos olvidamos de la experiencia originaria y nos perdemos en elucubraciones mentales y en querer llegar a la verdad a través de la mera lógica. Como si fuera posible inferir la existencia del equidna de Australia razonando sobre la fauna ibérica.
Por otro lado, los junguianos sabemos a pie juntillas: sólo lo inconsciente se proyecta. Estamos acostumbrados a inferir la activación de un arquetipo a través de la aparatosa sintomatología de la proyección, donde acostumbradamente se mezclan contenidos ordinarios, naturales, cotidianos, con irracionalidad, misterio y contra-naturalidad. La parte extraña y chocante del asunto es precisamente lo que se proyecta, pues eso es lo desconocido, lo inconsciente, y lo que nos va a conducir directamente al arquetipo que está detrás. Lo otro, el aspecto cotidiano, sencillamente se vive, se experimenta. ¿Podriamos proyectar contenidos arquetípicos si estos consistieran sólo en el precipitado de experiencias ordinarias, de hechos atesorados sólo por la conciencia colectiva? Usando la metáfora de Wilber ¿qué tiene de misterioso el arquetipo de los diez dedos de los pies (por cierto, deberíamos decir en propiedad el campo morfogenético de los diez dedos de los pies) para que se provoque una proyección? Si los arquetipos fueran de esa naturaleza, desde luego ese tipo de cosas no ocurrirían. Pero ocurren. Constantemente. A las pocas horas de conocer a Treya, Wilber le dijo:
“¿Dónde te habías metido? Llevaba vidas buscándote y, finalmente, te he encontrado. Tuve que luchar contra dragones hasta llegar a ti. Y, si algo ocurriera, volvería a encontrarte”.
Sexo, y más sexo. Magia, y más magia. Proyección a raudales. Arquetipo de los diez dedos de los pies, del bulto y la concavidad en la entrepierna, y el de la princesa, el príncipe, el dragón y todo el frikismo que haga falta. Hasta una fanfarria de pitufos parece que suena. Esto es una epifanía tácita del Anima. Si Wilber hubiese profundizado más en la comprensión de lo arquetípico, se habría dado cuenta que cuando el Anima irrumpe, la cosa no va a ir sólo de deseo, sexo, hijos y pareja. No va a ser sólo un encuentro con la feminidad. Tarde o temprano el tema de la mujer y el amor por ella dejará paso a otras cuestiones, a cuestiones transpersonales, precisamente. Aunque sea abriéndose camino a través de una tragedia. Uno no atraviesa varias vidas matando dragones sólo para pasarlo más que bien en la cama con la mejor pareja concebible, la «mujer entre las mujeres». Muy, pero que muy desgraciadamente, quien encuentra a su alma gemela humana suele estar a la vuelta de la esquina de perderla para siempre, a favor de aquella otra que, como la sirena, ni es de este mundo, ni tiene concavidades para disfrutarla sexualmente.
Ojalá, amigo Ken, los arquetipos no fueran transpersonales.
Claro que los freudianos dirían a todo esto que lo reprimido es lo que se proyecta. No necesariamente lo paranormal, lo mistérico. Pero la psicología junguiana precisamente tomó entidad propia diferenciándose de esa especulación. Descubriendo que lo más importante del contenido inconsciente no es lo olvidado, lo rechazado (en realidad no hay tanto de eso en lo inconsciente como se piensa), sino lo desconocido.
Por último, de momento, debo decir que a mí desde siempre me cae tan mal como a Ken esa indiferenciación que suele haber en la literatura post-junguiana entre arquetipo, tipo psicológico, estereotipo y complejo. Es verdad que no podemos trazar fronteras nítidas entre todo ello, pero deberíamos estar siempre intentándolo, al menos con más ahínco de como se ha venido haciendo. Las construcciones al estilo Shinoda Bolen, donde sin solución de continuidad se habla de arquetipo y de carácter humano (mujer Deméter, hombre Hefesto, el Vagabundo, el Guerrero, etc.) son muy útiles en la práctica clínica, pero inexactas y confusas para un intelecto que exija profundización teórica más certera. Confieso que yo mismo uso ese tipo de aproximaciones, pero no pierdo de vista que es eso, una simplificación muy útil pragmáticamente hablando. Los arquetipos, hablando en propiedad, son categorías más puras y más abstractas que todo eso. Sus extremos más sutiles parecen perderse mucho más allá de la caracterología humana, e incluso de lo psíquico. Se personalizan, se humanizan, descendiendo por su amplio espectro hacia las regiones instintivas, ctónicas, convocando en ese descenso patrones de conducta. Cristalizando formas y acciones desde lo preforme y la potencia, quizás podríamos decir. Al conformar la conducta humana lo hacen constelándose, interfiriendo y aliándose unos con otros según estructuras genéricas típicas y según individuales proporciones. Hace mucho que los hombres se representan este proceso en la disciplina astrológica. En una carta natal podemos atisbar este tránsito, este descenso, desde el plano transpersonal (estrellas y planetas) hacia el tipo psicológico (signo) y el carácter individual (la carta personal).
Jung se ocupó mucho de las personalidades arquetípicas, como el Anima, el Animus, el Viejo sabio…, que son algo así como energía arquetípica antropomorfizada que aparece ante el yo individual objetivamente, tal cual, como entidades tan contundentes como el prójimo (y que tienen a la postre tanto que ver con ese yo como con todos los demás… y con nadie). Su papel en el carácter y el destino humanos es fundamental. No hay un catálogo amplio de estas instancias, a no ser que nos las inventemos artificiosamente. Por eso Jung vuelve una y otra vez a ellas. A las mismas. Mucho más amplio, sin embargo, es el inventario de las ideas y símbolos primigenios que son autorrepresentaciones de las leyes de acción, estructura y regulación dentro de la dinámica arquetípica (Viaje del héroe, Mandala, Tao, Ouroboros, Trinidad, Cuaternidad, dinámica Puer-Senex, Axioma de María, etc.). Aunque su número es grande en comparación con el de las personalidades arquetípicas, tenemos que recordar que no existen mil héroes, sino un héroe con mil caras.
El Proyecto Atman de Wilber y la Individuación de Jung no son definitivamente otra cosa que dos nombres para el mismo heroico viaje. Es una obviedad decir que a mí personalmente me parece mejor planteado el viaje por el abuelo suizo que por el audaz americano. Entre otras cosas porque está más cerca de mi propia experiencia objetiva y del modo natural que tengo de interpretarla. Ken lucha desesperadamente por su individualidad, por diferenciarse de la «institución Jung» y fundar la suya propia. Lo mismo que Hillman, y cualquier otro puer eterno. Hasta yo mismo, desde mis resignadas humildad e impotencia, tengo eso como sueño dorado. Arquetipo obliga. Pero hay que joderse. Jung dejó muchos cabos perfectamente atados. Hay lagunas, sí (menos mal). Pero el concepto arquetipo no es precisamente el eslabón más flojo de la cadena con que la Psicología analítica se ata a la Psicología transpersonal.
Juan Manuel dice
Perderse por los vericuetos de la Psicología Transpersona con su iluminación evolutiva con vista a revoluciones no solo personales si no sociales, con toda esa jerga pseudo_oriental, me resulta tan pesado para mi mente de holgazán, que solo logro ver el amor obsesivo de este señor «KW», que no es menor que el vuestro con sus paisajes míticos con el fondo plagado de fuegos artificiales como expresión de la totalidad. Es tan amplio el abanico que a mi personalmente me supera, y como no lo puedo abarcar ni con la imaginación, crece mi desinterés por la breve historia de las cosas y casos vistos desde distintos prismas. Pero lo admiro, de igual forma que al minero que extrae carbón y saca adelante a su familia. Si el amor esta por medio no debe ser tan malo.
Mi predilección gira mas entorno a la inmanifiesta gloria de todas las cosas, no tanto al contenido si no a la figura simbólica que junto al continente subyace con su numinosidad adherida, para mi por tanto totalidad es tomar conciencia de la gloria de cualquier creación.
De ese jubilo tiene que nacer una expresión que revierta en la sociedad, me es indiferente la forma ni tiene por que llevar firma. El mito por tanto es Gloria inmanifiesta hasta que la saboreas y corroboras. La sincronicidad mas de lo mismo, igual que los estados de meditación o una puesta de sol jamás tomada en cuenta, o una partida de domino chato en mano.
No se, yo no entiendo mucho pero me da que para KW la vida es un escenario donde los arquetipos juegan en clave exclusiva de índole personal, ni trans ni pre_trans. Trabaja para salir del escenario antes del final de la obra, donde el actor recuerda lo que era antes de entrar en faena. Mientras vosotros culmináis la obra como máximo exponente de la realización. Seguro que estoy equivocado pero no logro ver mas allá.
Saludos
Raúl Ortega dice
(Me he tomado la atribución de trasladarte este post desde Oscura era digital hasta este hilo, que es su realmente correspondiente)
No se, yo no entiendo mucho pero me da que para KW la vida es un escenario donde los arquetipos juegan en clave exclusiva de índole personal, ni trans ni pre_trans. Trabaja para salir del escenario antes del final de la obra, donde el actor recuerda lo que era antes de entrar en faena. Mientras vosotros culmináis la obra como máximo exponente de la realización. Seguro que estoy equivocado pero no logro ver mas allá.
Sinceramente… qué sé tampoco yo, estimado Juanma… El único que mira el Gran Teatro del Mundo desde arriba es el director ¿no? Ken Wilber, nosotros, y los de la moto, actuamos en una obra que se llama vivir, la cual contiene dos movimientos básicos: experimentar y comprender. Podemos contrastar entre nosotros lo experimentado, lo ya recorrido del camino, y las teorías topográficas y arquitectónicas sobre cómo vamos creyendo entender que es ese camino. En ese trabajo de mapeado Wilber se equivoca ubicando los arquetipos. Le puede pasar a cualquiera. Son cosas complicadas. Pero el asunto Wilber-arquetipos es un tema bastante simple.
La clave está en que existen sutiles y al mismo tiempo trascendentales diferencias entre captar ciertos contenidos con la intuición intelectual, que sólo olfatea, y captarlos a través de la experiencia intuitiva que llamamos mística o clarividencia.
«Hasta ahí podemos leer». Tratar de comparar las cosas por su validez última, por su destino final, con un pie de rey ex machina que aquí no tenemos ninguno, es una empresa megalomaníaca. ¿Quién demonios sabe cómo es el final del show, y si el show acaso tiene un final? Sobre esas cosas tan postreras sólo tenemos las chispas de información que se dignan concedernos los arquetipos, pero ellos, que parecen no andar muy lejos de la omnisciencia, también son muy capaces de mentir.
Dicho al pasar: para muchos la experiencia mística es una especie de final de camino, o, al menos, un final de etapa. Para otros y para mí, sin embargo, es el principio de un nuevo camino, que se pierde por el matorral. Como instrucciones de un nuevo mueble de Ikea que tienes que montar. Como diploma que recibes al terminar una etapa, no otra cosa que un pase que te conduce a la siguiente.
Final de la obra, principio del espectáculo… Setas y guisantes, ora Uno, ora Dos en indiscutible diferenciación.
Caminamos, luego existimos. Pues si caminamos es que aún nos queda un trecho por recorrer, y por entender.
Juan Manuel dice
Ya sea a través de la proyección o en un emerger onírico el anima se puede representar mas hacia el Instinto, por ejemplo como un enamoramiento hormonal, o aparecer como la Gran Diosa que te inyecta un éxtasis místico celebrando el lado mas Espiritual. La pregunta es «La Gran Diosa es trans_personal?, yo no lo se, pero si se que es colectiva.
Esto es transpolable a todos los arquetipos, pero es que además tenemos que situar el estado de altitud de la conciencia que no es de dos dimensiones, mas bien parece esa cruz cuyo nombre he olvidado que señala las 4 direcciones que puede moldearla sin saber muy bien hacia donde. La pregunta es lo transpersonal y lo colectivo es lo mismo?, o lo transpersonal es un nivel mas sutil que el colectivo?. Tampoco se considerar la variable de la edad, lo transpersonal esta vetado a la niñez, a la adolescencia?, y la preniñez no es colectiva aunque sea indiferenciada?. Ya me estoy perdiendo……..
Hay que tener en cuenta una cosa, toda filosofía aunque sea ilumino_evolutiva de un americano esta imbuida de la cosmovisión oriental, y o mucho me equivoco pero ellos manejan un concepto invisible en Occidente que es «La Conciencia sin objeto» como totalmente independiente, donde el objeto es una unidad llamada Consciente_Inconsciente que ha de relegarse a la Conciencia como ama y señora, y no como la herramienta que se ha apoderado del Ser sin permite el libre fluir de la inteligencia. Y la manera de obtenerlo es por medio del vació. Y en el vació la GranDiosa es una molesta ficción que entretiene de lo importante la liberación del objeto.
Jung tambien esta influido pero como decirlo desde el punto de vista de la interpretacion simbolica, los chinos en su tradicion no funciona en base a la causa y el efecto si no : A ver majos que esta ocurriendo en este instante ademas de la raiz, por ejemplo una enfermedad, Hay lluvia?, alguien grita?, es el año del Dragon?, etc….
Por eso dije el otro día que la diferencia de potencial que como energía nos define tiene dos extremos, la serpiente y el águila, la contracción o la expansión, el instinto y el espíritu. En su máxima expresión desde la Ira de Dios hasta su bendición. Un si mismo polar, pero me da la sensación que en Occidente el anima es un paso indisoluble hacia el si mismo y en Oriente totalmente prescindible, por eso las tecnicas orientales llevan a los europeos a la apatia.
Dicho de otro modo para unos la Gran_Diosa es trans y para otros Grandiosa pero de la que se puede prescindir, pero desde el principio, como si la trascendieran a la brava.
No se si me explico…, seguro que no, jajá.
En fin….
Juan Manuel dice
Olvida todo lo anterior, tus palabras siempre acaban por resonar en un diferente tono Raúl. Tienes razón lo importante es la experiencia y la comprensión. Que se yo si yo no se nada excepto ese lúdico encontronazo con lo desconocido que trata de ver la luz del sentido.
Lo mas difícil es ese vació que acosa entre lo viejo y lo nuevo. Ese olvido. Esa transición, me recuerda la portada de Beatles Abbey Road con sus luminosas y negras franjas de un cebra descolorido. Siempre me pasa lo mismo, y no me gustaría que fuera el fuego el gran protagonista si no la comprensión.
Que difícil es cortar, que difícil es admitir la torpeza y que difícil enfrentar lo nuevo en paisajes por descubrir.
Gracias Raúl tus palabras me han creado cierta confusión y he acabado balbuceando estupideces para ganar tiempo, pero con un café en la mano he terminado el calcetín. Eso si mañana será otro día y no tengo ni pajolera idea de como voy a funcionar, ni siquiera tengo confianzas en mi mismo para solventar esta claridad que tiene que hacerse objetiva en la praxis
Tienes pagada una birra.
Chao con la Manu
Raúl Ortega dice
Eso me parecía a mí, cuando leí tu anterior comentario. Que te habías apresurado en un acto instintivo serpentino antes de relajar un poco las ansias contemplando la puesta de Sol. Disculpas aceptadas; borrón y cuenta nueva (es broma. Se ha puesto el chiste tan a huevo como lo de la Manu del Chao).
Ahora mismo ando extasiado ante la belleza del crepúsculo en un ensayo de Baudelaire sobre el Tannhäuser de Wagner. El francés cita las palabras del ario:
«[…] me veía necesariamente conducido a designar al mito como material ideal del poeta. El mito es el poema primitivo y anónimo del pueblo y lo encontramos recuperado en todas las épocas, reelaborado otra vez sin descanso por los grandes poetas de los períodos cultivados. En el mito, en efecto, las relaciones humanas se despojan casi completamente de su forma convencional y sólo inteligible para la razón abstracta; muestran lo que la vida tiene de verdaderamente humano, de eternamente comprensible y lo muestran bajo esa forma concreta, excluyente de toda imitación, que otorga a todos los mitos verdaderos su carácter individual que reconoceréis a primera vista».
Y las comenta así:
«¿Cómo no iba a comprender Wagner admirablemente el carácter sagrado, divino, del mito, él que es a la vez poeta y crítico? […] No cabe duda de que el lector ha percibido en esta leyenda una sorprendente analogía con el mito de la Psiqué clásica que fue también ella víctima de su curiosidad demoníaca y por no querer respetar el incógnito de su divino esposo, perdió al penetrar el misterio toda su felicidad. Elsa presta oídos a Ortrudis igual que Eva a la serpiente. La eterna Eva cae en la trampa eterna. ¿Se trasmiten fábulas las naciones y las razas igual que los hombres se legan herencias, patrimonios o secretos científicos? Nos veríamos tentados a creerlo de tan sorprendente como es la analogía moral que marca los mitos y leyendas nacidos en ámbitos diferentes. Pero esta explicación es demasiado simple para mantener por mucho tiempo encandilado a un espíritu filosófico, la alegoría creada por el pueblo no puede compararse con las semillas que un cultivador comunica fraternalmente a otro que quiere aclimatarlas a su país. Nada de lo que es eterno y universal tiene necesidad de aclimatarse. La analogía moral de la que hablaba es como el sello divino de todas las fábulas populares. Podrá ser, si se quiere, el signo de un origen único, la prueba de un parentesco irrefutable, pero sólo a condición de que no se busque este origen sino en el principio absoluto y en el origen común a todos los seres. Tal mito puede considerarse hermano de tal otro de la misma manera que se dice que el negro es hermano del blanco. No niego, en ciertos casos, la fraternidad ni la filiación; sólo que creo que en muchos otros el espíritu podría inducirse a error por las semejanzas de superficie o incluso por la analogía moral y que, recogiendo nuestra metáfora vegetal, el mito es un árbol que crece por doquier y en cualquier clima, bajo cualquier sol, espontáneamente y sin transplantes. Las religiones y las poesías de las cuatro partes del mundo nos proporcionan superabundantes pruebas en este asunto. Así como el pecado está presente por doquier, la redención también; el mito también. Nada más cosmopolita que lo Eterno. Tened a bien perdonarme esta disgresión, que se me ha presentado con un atractivo irresistible.»
Y nuestro pobrecito hermanito Wilber diciendo que Jung había tomado prestada de Platón y San Agustín la idea de arquetipo, cuando los pensamientos acerca del origen, la esencia y el significado de los arquetipos son tan ubicuos y eternos como ellos mismos. Puestos a tomar prestadas esas ideas, podría haberlas tomado de veinte mil (como así hizo, después de escucharlas dentro de sí mismo).
Veinte mil poetas/críticos, claro. «Sólo los poetas me comprenderán», decía Jung. Desde luego, los psicólogos, no. Ni siquiera los transpersonales. ¿Cómo se puede poner uno a hablar de misticismo dejando de lado su sensibilidad poética, o sea, mística? Los mejores tratados de psicología son poéticos, hombre. Lo demás forma parte de la estafa matemática contemporánea.
Un día se me ocurrió escribir ensayos de psicología que tuvieran una banda sonora, sincronizada con las letras. Una especie de ópera intelectual. Auténtica «musicoterapia». Ya veremos que alguien lo hará. Manu Chao no creo, pero ya saldrá alguien. Una reencarnación de Wagner o de Baudelaire.
Qué grandioso fue el siglo XIX, dicho sea de paso. A veces pienso que nuestra última esperanza se quedó ahí.
La cuestión es que cuando ocurre la epifanía de un arquetipo no sólo adquiere todo el conmovedor resabor del folclore humano de todos los tiempos, sino que un mágico Orden Implicado extiende un manto dorado que enciende con viva y majestuosa llama todo lo que queda al amparo de él. La sincronicidad se dispara, abrumadoramente. Edinger lo dice con absoluta exactitud científica: «como si estuvieras en contacto con una inteligencia extraterrestre». Si el testigo/afectado es especialmente sensible, sus facultades paranormales irradiarán también (telepatía, clarividencia, precognición, psicokinesis), y la caída en estados alterados de conciencia que proveen un significado superior de todo lo que ocurre alrededor son frecuentes (expansión de conciencia).
No necesito pormenorizar más. Si esto no es transpersonal, místico y espiritual, que venga el Self y lo vea…
Juan Manuel dice
Si me retro_traigo a la niñez antes de fluir una personalidad mas o menos formada, descubro que la forma de inteligencia que opera en la relación con el medio es lo que denominamos «Sensibilidad», hiendo a tu hilo,….como la inteligencia del poeta no verbal. De tal forma que subyace un conocimiento natural de lo que esta bien o correcto, apropiado, perfectamente diferenciado de lo que esta mal, incorrecto e inapropiado. El problema del Mal se nos presenta en presente como un desafió que no obligue a contraer nuestra sensibilidad pues niega el flujo de la inteligencia del anima poética , una respuesta entremezclada por el instinto natural. Éramos cachorros sensibles.
Ahora ya de adulto al recuperar por esas cosas de la vida ciertas memorias perdidas mas símbolos que dinamizan mi Inconsciente, aunque al KW le parezcan no muy importantes por no ser transpersonales según el, puedo sin embargo intuir el nivel de elevación de conciencia que tenia de niño, diferenciada de la actual. Pues esa elevación era la puerta de entrada a ciertas experiencias de una poética sublime. Dime cual es tu nivel de expansión y te diré como percibes y de que manera usas la cognición de lo que percibes, para posteriormente expresarlo a su altura . La niñez o la adultez nos habla mas de ritmo y melodía. Tu eres un vivo ejemplo Raúl.
Por eso me cuento a mi mismo que invertir el proceso para obtener como mínimo la misma elevación sensible requiere dejar de contraer la conciencia independientemente de las acciones que consideremos oportunas tomar ante el problema del Mal Int/Ext. He de tener en cuenta que la inteligencia fluye mas y mejor en la expansión. Descubrir la raíz y el contenido de las experiencias en la niñez, valorándolo desde la perspectiva de como se fue contrayendo a medida que crecía, es básico para construir un futuro que aunque penda de un hilo fluye hacia la unidad. Pues se trata de invertir el proceso hacia la expansión.Esto para mi es experiencia y comprensión.
* «Con la mano levanta, al pasado le digo adios y el futuro que vendra aunque penda de un hilo……»
* He revisado en la Web tu excéntrico Currimculum Extra_Vitaminado, y como una sugerencia para cuando tengas tiempo y ganas, si fuera posible que desarrollaras un ensayo que enlazara dos mundos. El chamanismo y sus relaciones con la Obra de Carl Jung. Tu experiencia tiene un gran valor para su conjunción.
Juan Manuel Sol en Acuario, Asc Libra con la Luna en Sagitario.
Raúl Ortega dice
Hay algo que permanece intacto en nosotros desde la infancia, y es la irritante sensación de que los sábados y los domingos son más cortos que los días laborables.
Mi amiguete Chislowsky acaba de sacar un libro al mercado (aún tengo que ponerlo en la sección «promo») que trata de las relaciones entre la obra del suizo y la Astrología. Charlando con él de este tema, le comenté que, en realidad, podríamos sacar ensayos que relacionen la psicología junguiana con cualquier disciplina y/o práctica esotérica. A colación del concreto tema chamanismo-analítica, de entrada podemos decir que Jung comentaba a veces que no se sentía otra cosa que un médico-brujo africano. Te agradezco mucho que me deposites tu confianza a la hora de plantearnos un trabajo sobre todo esto, pero pienso que hacer algo así requiere un bagaje antropológico muchísimo más pormenorizado y prolijo que lo que yo puedo aportar al respecto. Analicé sueños de indígenas y chamanes en México, les vi trabajando (yo mismo fui un paciente) y conversé con ellos de sus vidas y de la mía (Don Enedino -con quien empaticé profundamente y que (so)portó mi proyección del Self un emotivo tiempito- se enojaba conmigo cuando me detenía a incidir en los detalles sexuales que aparecían en sus sueños, y a mí me encantaba pincharlo con eso). Mi interés sin embargo no era realizar una investigación del mundo chamánico ex profeso, y por eso ni siquiera guardé notas en un cuaderno de campo. Se trataba para mí sencillamente de vivenciar lo que ocurría al cruzarse nuestros personales caminos por el matorral unos momentos. Eso es algo, digamos, informal (como la vida misma); da para muchísimo, incluidos un par de capítulos de una novela, pero no sé si para un ensayo académico monográfico…
Jung hablaba de personalidades A y B ya patentes desde la infancia, y para mí esto es algo especialmente relevante. Aún cuando miro atrás me sorprendo de lo inconsciente que fui de mí mismo. De cuán distanciadas estuvieron en la infancia y la juventud la A de la B.
Sobre los 15 años caí prendado de una mocita que no me permitiría a la postre más papel con ella que el de «pagafantas», pero que se pasó toda nuestra (no corta) amistad diciéndome con absoluta convicción que los libros de Hermann Hesse estaban ahí para que alguien como yo los leyera. En mi conciencia lo único que existía en mi trato con ella era deseo, y frustración subsecuente. No tengo constancia ninguna de haber expresado delante de ella ninguna otra inquietud o ademán que no fuera eso. Cuanto más me hablaba de libruchos y pensamientos raros, y menos de amor, más ascos le hacía a leerlos. Algunos años después, cuando ya habíamos separado destinos, mientras leía el Lobo Estepario (entonces sí tocaba) empecé vivamente a preguntarme cómo demonios esa chica se había dado perfecta cuenta de algo que para mí había sido completamente opaco. Esa pregunta continúa hoy para mí sin respuesta. Buena parte de mi biografía es un «Olvidos, vigilias, sentimientos».
En este punto los acuarianos como tú y como yo regresamos mansamente a papá Wilber y decimos a pie juntillas: «es verdad que no es lo mismo pre- que trans-«. Pues todo lo que será ya fue, y al mismo tiempo nunca ha sido.
Un fuerte abrazo, paisano astrológico.
Juan Manuel dice
No fue otro si no este genio C.Jung quien mostró la importancia de la vida onírica en la niñez para pronosticar que sus contenidos predicen toda una vida. No fue otra que la tradición espiritual de todos los pueblos de la tierra los que mediante la profundización en estados de conciencia diferenciados de los cotidianos permitían establecer un nexo entre el Pasado, el Presente y el futuro dotándose del poder de lo Inconsciente, a saber «La capacidad de predecir»,….. pues todo ya ha sucedió.
No fue otra por proximidad que la religión Católica, la que nos muestra simbólicamente lo que Carl Jung nombraba «spiraculum aeternitatis», en el símbolo femenino de la Virgen Maria junto al niño Jesús en brazos, el anima pura que anima el mundo interior del infante propulsándolo a mundos de ensueño totalmente olvidados, no por mi claro.. La ventana simbólica a una conexión vivificante donde la experiencia parece pertenecer de manera natural al Si mismo.
Donde empieza lo desconocido?, si no una vez superada esa ventana femenina propulsora que indudablemente te transporta al pensamiento mágico, algo que por otro lado Jung interiorizo en los últimos años de su vida, contando a lo animado e inanimado de «Vita» y profundidad de significado, entablando una relación consciente.
Que es la astrología si no un mandala celeste.
Que se necesita pues para que sea un conocimiento dinámico y no una burda translación de diccionario predefinido donde una cosa siempre significa lo mismo de manera estática, como quien se compre un diccionario de sueños reducto de la probabilidad y la media estadística?. Lo que se necesita es la apertura de la niñez, pues ella conecta con el símbolo femenino de la Virgen Maria, puerta celeste a lo desconocido.
Pensamiento mágico, Mandalas celestes, símbolo femenino, Inconsciente, estados alterados de conciencia. En fin Raúl tus excusas en base a un trabajo antropológico de mas envergadura para escribir sobre chamanismo y Carl Jung como excusa no esta mal, pero teniendo en cuenta que el mismo abarca todo lo anterior, Pensamiento mágico, mandalas, anima, desconocido y oráculo junto a ritual, me parece que es obviar lo Trans de la preniñez para de una manera sibilina aliarte con tu alma gemela K. Wilber.
Es cierto Carl Jung era un Brujo africano y sus discípulos unos desmemoriados.
Y a pesar de que José Antonio se apresurara a dilucidar que el si mismo es algo así como un Fuego artificial, o retorno al Paraíso, no puedo mostrar cierta estupefacción cuando no se lograr entender que la entrada al fuego artificial es el resultado o efecto de una causa, a saber, involucionar a la edad pre_egotica o retorno al paraíso perdido que hasta hace poco era mi teoría preferida pero !!Ohh coincidencia, no soy el único y personas con un calado mas profundo y sabio empiezan a delimitarlo, te dejo esta pagina para que la ojees, donde le mito da respuestas aunque sean biblicas.
http://silencioactivo.blogspot.com/2009/08/el-ego-desatado.html
Juan Casca..bel..Casca..Bel
Raúl Ortega dice
Pensamiento mágico, Mandalas celestes, símbolo femenino, Inconsciente, estados alterados de conciencia. En fin Raúl tus excusas en base a un trabajo antropológico de mas envergadura para escribir sobre chamanismo y Carl Jung como excusa no esta mal, pero teniendo en cuenta que el mismo abarca todo lo anterior, Pensamiento mágico, mandalas, anima, desconocido y oráculo junto a ritual, me parece que es obviar lo Trans de la preniñez para de una manera sibilina aliarte con tu alma gemela K. Wilber.
No hombre, son dos cosas diferentes. Una es el tema chamánico y la otra el tema (te falta emplear la definición mágica) NIÑO INTERIOR, Puer Aeternus, Niño Divino. Es que estamos hablando de dos cosas a la vez. Sobre el Niño Divino lo único que me impide ensayar es el poco tiempo, la pereza y la tendencia al mucho callar y poco osar y querer. Tengo datos académicos y de los otros, los importantes, por todos lados. Quizás para ti sean dos conjuntos de cosas totalmente indiferenciables pero yo me las imagino capaces de distinguirse (hasta cierto punto al menos, como todo lo arquetípico).
Spiraculum Aeternitatis:
En efecto, no existe Viejo Sabio sin Puer Aeternus. Ante la madre del viejo sabio, la Eternidad, él continúa siendo un niño asombrado (y solícito y obediente). El Prístino Hijo de la Madre. El primogénito. No se trata de un estúpido reduccionismo tipo «regreso a la infancia», sino de la integración de la personalidad B, esa eterna preexistente. El amigo imaginario que al niño le cuesta mucho menos aceptar que al reseco, rígido y decepcionado adulto.
Las imágenes de la Virgen con el Niño Dios entronizado en su seno podemos adscribirlas de un modo bastante preciso a las imágenes de la Albedo que significa la epifanía del Self; el tema del Renacimiento. En la Albedo, que es un parto, la luz es joven, es una alegre inocencia exultante. Las nuevas probabilidades cosquillean el alma toda. En su forma de Anciano, el tono del mensaje adquiere más el estilo de la Rubedo. Las diferencias entre la Albedo y la Rubedo, entre el Niño y el Viejo, son la mayor parte del tiempo insignificantes. Ojo a ese dato.
En relación al tema que traes con esto, nada nuevo. Es el viejo mito que sigue planeando en la bella inconsciencia humana. La conciencia sigue haciéndose líos con el tiempoespacio. Percibe en la infancia la Eternidad y acaba pensando en la vejez que todo tiempo pasado fue mejor. Y hasta elabora complejas teorías regresionistas y reduccionistas al respecto. Freud fue un gran niño, con poderosos amigos imaginarios (es una forma de decirlo), y la fuerza correctamente presentida de su infancia reaparece en sus teorías adultas, por ejemplo. Pero sus ideas adultas no regresan a ella para mirar por el Spiraculum. Viaja hacia atrás, no hacia lo Sin Tiempo.
Exactamente lo mismo ocurre con el tema de los albores de la Humanidad. Los ab-Orígenes australianos son los mejores a la hora de hablar de esto: ellos definen el origen como el Tiempo del Sueño. Ellos son, dicho sea de paso, un ejemplo de nuestro remoto pasado, de nuestro niño antropológico y de nuestro Niño Divino. Ahí lo tenemos, sin necesidad de retro-ciencia-ficción. Eso éramos. Desde el principio añoramos el Mundo del Sueño, como ahora, y vivimos en un austero desierto. La idea de estar separados de Algo se pierde en las primeras bacterias. Eso sí: los aborígenes australianos son bastante más listos que el hombre moderno. Aún escuchan con atención y sin reduccionismo a los amigos imaginarios. Más cuanto más viejos (y ahí llegamos al chamanismo de nuevo).
Para algunos la Agricultura, con su productividad, su cortesano «culturetarismo» y su sedentarismo, fue el inicio de la Edad de Oro humana. Para otros, entre los que me incluyo, abandonar el cazador nomadismo fue la primera matanza de Dioses que cometió nuestra raza. La primera manzana pecadora fue… cultivada. Pero para mí, el nomadismo y cualquiera de las estructuras sociales que nos imaginemos con desbocaba fantasía precedentes a la revolución neolítica no tienen nada que ver con la Edad de Oro que todos barruntamos.
Ahí tenemos a los chimpancés y los bonobos, en el siglo XXI. No hay que imaginarse nada. No es una fantasía tomarlos como prehomínidos y modelos de nuestro remoto pasado. Los chimpancés organizan orgías guerreras que espantan a los bobalicones antropólogos (amigos sólo de la Naturaleza tipo osito de peluche -como el koala y el panda-), y los bonobos son la prueba palpable de que, en efecto, la prostitución es el oficio más antiguo del mundo. Si en nuestro pasado existió realmente esa tan aclamada Edad de Oro, estas rigurosas pruebas parecen indicarnos que no debimos vivir en ella de un modo muy diferente a lo que nos transmiten Sodoma, Gomorra y Esparta.
En lugar de hablar tanto sobre el Niño Divino y su casa, la Edad de Oro, ¿por qué no callamos un poquito y dejamos que sea él quien nos cuente quién es y de dónde viene?
Saludos del Mangosta 😉
Juan Manuel dice
No voy a transitar por tus conocimientos y experiencias pues seria absurdo desde mi enana altura en ambos campos. Pero me resulta llamativo que mi discurso dialogue de dos cosas diferentes cuando expongo Niñez/Chamanismo, pues para mi son inseparables. A la vez que desarrollas la interesante relación existente entre el Viejo Sabio / Puer Aeternus. Máxime cuando el arquetipo del viejo sabio cuadra con el hombre medicina, que además ostenta la dirección moral, cazadora, de equilibrio en la tribu.
Ojo al dato entre el viejo sabio (Chaman) / Divina Niñez. El paciente es constelado a través del pensamiento mágico, rito y liturgia epifanía de los milagros, pues ambos atraviesan el Spiraculum . Pachita solía decir al adulto enfermo » Mi niño cual es tu dolencia…ven siéntate a mi lado..».
Desde mi ventana la asociación es pertinente y tus palabras me resultan contradictorias, aunque supongo que algo paso por alto. El viejo Brujo Carl Jung dinamizaba a sus pacientes mas racionales mediante el asombro de la sincronía y el sueño simbólico (Vease historia del escarabajo).
Por tanto Raúl necesitamos un Brujo, un viejo sabio, un chaman aunque sea Urbano para ayudar en la apertura del Spiraculum. Echo de menos una conjunción de la psicología analítica bajo la obra de Jung y la experiencia chamanica, un vació incomprensible, pues nada ayuda mas al silencio que romper la imagen racional. Imagina lustroso hombre sureño. Un terapeuta analítico realizando abracadabras con gracia. Las posibilidades son tan inmensas………… Esa seria la mas hermosa conjunción Ciencia / Espiritualidad, sobretodo para tratar con el hombre moderno. Necesitado de lo desconocido.
También has puesto un tema no digo que doloroso pero si frustrante por lo menos para mi persona, pues es cierto que la toma de contacto con el niño divino nos informa de sus evocaciones, pero no dejan de ser pasajeros contactos con símbolos, objetos, localizaciones geográficas o cosas extrañas que indican una dirección, pero que son totalmente inoperantes en la praxis, quedan como relegadas a una observación pasiva, vitalizante claro, dinamizadora mientras el símbolo atraviesa las pupilas, una vez en el continuo de la vida diaria pierden su capacidad de evocación, cayendo en un circulo cerrado de añoranza y repeticion de patrones para volver a recuperar lo perdido.
Un abrazo Campeón.
Raúl Ortega dice
Desde mi ventana la asociación es pertinente y tus palabras me resultan contradictorias, aunque supongo que algo paso por alto. El viejo Brujo Carl Jung dinamizaba a sus pacientes mas racionales mediante el asombro de la sincronía y el sueño simbólico (Vease historia del escarabajo)
Ya te digo: cómo no va a tener relación el Niño con el Viejo, el Viejo con el Chamán, y cómo al mismo tiempo no vamos a poder diferenciarlos… Si es tu preferencia ahora la similitud más que la diferencia, no hay problema. Adelante. Pero claro, tú mismo llegas rápidamente al dolor de la diferencia, precisamente. Pues al Niño le corresponde entrever lo que para el Viejo es ya una forma cotidiana de vida, asimilada y bien consciente. Nada muy distinto de la diferencia que hay entre el niño que dice: «seré astronauta», y el adulto que siguiendo su sueño acaba poniendo el pie en la Luna.
El tránsito que va desde los pasajeros contactos con símbolos, objetos, localizaciones geográficas o cosas extrañas que indican una dirección hasta la Luna es el Camino de los Tenues Hilos (o de los Ladrillos Amarillos). Ayer una querida amiga me contaba que un rato después de haber estado hablando de Galicia y de sus ganas de conocerla pisó por la calle un pin que se le clavó a la suela, y que precisamente era una insignia con el emblema de la Cruz de Santiago. Galicia, zapato, Cruz de Santiago = mensaje = vamos a hacer el Camino de Santiago. Es simple, un juego de niños. Pero detener tu rutina cotidiana y largarte un mes a la aventura por la cornisa norte de España siguiendo una tontería como ésta es un juego peligroso que sólo puede emprender un tan responsable como irresponsable adulto. ¿Lo hará, mi amiga? ¿Transformará el inocente mensaje infantil en una audaz aventura hacia la realización de su chamana interna? Bueno, ahí está la cosa…
Saludos
Juan Manuel dice
Magistral tu claridad. Es una bendición clavarme un pin llamado Raúl. En cuanto a tu amiga y sin animo de empujarla en ninguna dirección, pues son decisiones personales. Si la sincronicidad no la sacude y dinamiza posiblemente transita por el lado de las percepciones intelectuales donde los tenues ladrillos amarillos no paran la imagen de si racional. Esto en si mismo ya es parte del laberinto con la gran suerte de encontrar un amigo como tu, Sr. Raúl. Un Águila con cara de oca.
Seguro que acaba tirando por que le toca.
Ha sido una preciosa metáfora de trasformar la locura infantil en un juego de adultos sabios. Ves como eres un chaman analitico.
A tus pies….
Raúl Ortega dice
No tiene tanto mérito, hombre… Te agradezco mucho la generosa transferencia positiva pero lo único que he hecho es jugar a la oca. Me llegó ese dato tan explícito sólo unas horas antes y tiré porque me tocaba. Juego de niños. «Así cualquiera», dice el actor agradeciendo la existencia del apuntador.
Yo más bien diría aguilucho cenizo con cara de pato… feo. Y tomaré lo de «a tus pies» como una frase obvia procediendo de un Maese Sierpe.
Hablando de mi amiga (que espero no nos oiga), el problema aquí no es tanto la racionalidad como el peso de una enorme introversión y el enclaustramiento egoico que eso produce siempre como efecto colateral. La introversión es un tren que va camino del Sí mismo pero que se detiene a veces demasiado en la estación de uno mismo y su pequeño mundo narcisista. Normalmente las personas con su tipología tienen ciclos alternados entre la personalidad monacal que da el sentimiento introvertido y la sed de viajes que da la intuición extravertida (fíjate que la intelectualidad permanece en ambos casos a la sombra), pero hay casos individuales donde la monja eclipsa a la aventurera porque para el yo es más cómodo aferrarse a las zapatillas de andar por casa que a los botines de peregrino. Una mujer modelo en el desarrollo de este mismo temperamento hacia el Sí mismo es la protagonista del artículo que expuse aquí. Fíjate que pocos pines necesitaba esa señora para ir adonde hiciera falta. Es que hay gente que les tocas dos veces las palmas y se hartan de bailar…
Juan Manuel dice
Tu mejor que yo sabes que si el lado consciente es introvertido el Inconsciente es el lado opuesto. Y si es mucha la introversión la apertura dinamizadora no se abre solo con un «Pin Sincrónico».
La clave parece estar en como oradar la apertura y permitir la expresión extrovertida del Inconsciente para tomar confianza. Para casos graves existe una solución sencilla, pero jamás se me ocurriría aconsejarla.
Por otro lado la introversión como camino al si mismo imagino que nos habla mas de la soledad del héroe, pues se hace difícil compartir socialmente lo desconocido, es buena cosa evita la sobreinflacion, signo de humildad y reflexión.
* Por otro lado le he estado dando vueltas a la estructura Chamanica / Niño Divino, el aspecto oscuro del Viejo sabio o Chaman mas o menos lo veo claro. Sin embargo en el niño divino lo único que se me ocurre es el exceso de fantasía como efecto colateral.
A tus pies es lo opuesto a estar erguido sibilinamente.
Raúl dice
En realidad es algo un poquitín más complejo. La introversión y la extraversión se van repartiendo a franjas, como de cebra, desde la conciencia egoica hasta la sombra y lo inconsciente. Una parte del yo es introvertida y la otra extra, de hecho, y universalmente. Técnicamente se trata de que las dos funciones que conforman al yo (mano derecha y mano izquierda) son alternativamente extra e intro. La circumambulatio, el crecimiento en espiral del alma, va (como es obvio en todo movimiento circular) de izquierda a derecha y por eso una biografía que no tenga estas oscilaciones intro-extra está estancada. Finalmente, hay personas fuertemente tendentes a la ambidextria, las cuales por más que quieran no pueden dejar de cabecear de un lado a otro como un perrito de salpicadero.
La introversión es la pauta preponderante del Prístino hijo de la Madre, pues su vida es permanecer en el Útero Mágico. Pero tiene que estar todo eso aderezado con oportunos peregrinajes, por supuesto. Narciso y Goldmundo, regresando a Hesse. Ahí está dicho todo.
Se trata de la soledad del que vive en otro mundo diferente del de sus semejantes, ciertamente, y se trata antes que eso y en paralelo a eso de que para verse las estrellas tiene que apagarse la ruidosa luz del mundo.
*El Niño Divino lo que tiene de malo es lo que tiene de sólo niño. Hace muchos años, allá por el 1997, tuve un sueño que me dejó muy impactado. Yo tenía como mascota un león joven, un leoncito (en el sueño). Era muy valiente, y sin dudarlo penetró en una apartada sala de la estancia onírica que era como una cocina. Allí le esperaba un animal pendenciero y cruel, con el que entabló combate. Me recordaba mucho al meloncillo ese animal malvado, así que después de varios días reflexionando vi que se trataba de una mangosta. Curiosamente, mi leoncito, mi joven yo en crecimiento, no se había enfrentado a la serpiente, lo típico, sino al enemigo de la serpiente, que era de todos modos mi enemigo. El leoncito volvió a mí magullado, asustado y humillado. Había perdido la batalla. Era demasiado niño aún, inexperto.
Saludos
Juan Manuel dice
Estoy escribiendo un libro de relatos sobre sueños, bueno no, la palabra mas adecuada la extraje del libro de Carlos Castaneda, el arte de ensoñar. El ensueño se diferencia del sueño por que el nivel de conciencia esta ampliado, con lo cual puedes actuar conscientemente dentro del sueño. Sin embargo no es un sueño lucido, aunque no sabría explicar en que se diferencian de manera intelectual….. Uno de tantos fue un encuentro con una cobra real. Solo es una parte, un extracto…
A lo lejos, a una distancia imposible desde donde no existen puntos de referencia intuí que algo se había posado frente a mí e inadvertidamente se acercaba. Esto lo deduje por que la extraña vibración en la oscuridad crecía en volumen dando la sensación de que se abalanzaba. No tarde mucho en salir de dudas, aquello comenzó a tomar forma, una forma inesperada en donde no se espera nada y se espera todo. Era una serpiente, una enorme y coloreada cobra real que poco a poco flirteando con el espacio vació se coloco frente a mis ojos. Era una multicolor cobra real. Era magna y monumental. Solo su rostro dejando a un lado longitud y grosor de su cuerpo podría asegurar que tenía las dimensiones de una altura de unos tres pisos. Se elevo, abrió sus fauces con una mirada fija al compás de su bifida lengua. Hizo el ademán de lanzarse sobre mí como si fuera un mísero ratón. Pero creí en mi inocencia que le había ganado la partida; antes del ataque me lance a ser devorado sin ningún rictus de miedo. No se lo pensó. Fui devorado…..
Dando un giro al mensaje, me gustaría hacerte una pregunta, espero no cansarte y si me pongo pesado pisame el cascabel al fin al cabo estoy a la altura de tu bota, a veces tengo verdaderos problemas para conocer mis limites de pesado.
Posiblemente sea algo surrealista incluso que no tenga sentido por error mío, ignorancia por supuesto.
Es posible que la irrupción del niño divino que se traduce en un comportamiento infantil pueda atraer a ciertos individuos aun en forma inconsciente en algunos casos, para alimentarse de sus capacidades energéticas y que esto este relacionado con la capacidad de salir airoso del niño ante los terribles enemigos que se ciernen sobre el. Teniendo en cuenta que en el mito la inocencia siempre triunfa como un don establecido por vete tu a saber?…..
Esto puede traducirse en algo paranoico, pero tengo algunos datos que me confirman que detrás de las apariencias discurre de manera paralela una historia mítica en lo mundanal, donde a la postre el fin es el mismo, una especie de pedrestria mítica sobre el niño divino.
Me es muy difícil extenderme sobre todo esto, pero si te suena o tienes alguna ocurrencia será bienvenida….
Igual simplemente es una mala asimilación por mi parte y de ciertas paranoias, pero a veces esto se me hace sumamente complejo aumentando mi introversión, el echo de hablar de todo ello con confianza para mi es importante.
Un saludo
Raúl dice
Estimado Juanma:
Si te fijas, dices «Dando un giro al mensaje», y luego regresas a contar algo que está estrechamente relacionado con lo anterior: nos hablas del niño que sale airoso de sus combates justo después de contarnos cómo pensaste que vencías al dragón mientras, en realidad, eras devorado por él como ratón. Hablas de individuos que se alimentan de la energía del Puer justo después de contar cómo se alimentaba la serpiente, como la bruja, de niños. Obviamente, no hay un giro, no hay cambio de tema. Más bien has hecho una «asociación libre», que diría aquel, alrededor de un mitologema que para ti es crucial.
No es un foro a la intemperie el lugar adecuado para zambullirnos en consideraciones que van a ir exponiendo cada vez más tu intimidad. Profundizar en este concreto tema, que es delicado, y no moco de pavo, a partir de aquí requeriría otro contexto, otra contención. Sin embargo, diré ahora, a modo universal y general, que el niño, el Puer y el leoncito fantasean constantemente con la victoria y la heroicidad, lo cual no suele ser durante mucho tiempo otra cosa que fanfarronería que desmiente antes que tarde la cruda realidad. Ahora bien, incluso los junguianos ilustres se olvidan constantemente de que Puer Aeternus no es meramente un modo poético de hablar de la infancia, la pubertad y sus intrínsecas torpeza e impotencia. No debería ser una mera licencia poética al estilo del concepto «complejo de edipo» en el freudismo. Un púber es un púber, un ser que tiene por delante mucho que hacer y demostrar, y el Puer es el arquetipo del príncipe. No es rey, pero sí es príncipe. Es en sí un éxito, una realización, una consumación. ¡Es un arquetipo que se adora con suma observancia desde siempre! ¿Le queda por delante desarrollo? Pues claro, y mucho, y cuando llegue a ser Viejo sabio también… El proceso no acaba nunca, y las metas se van sucediendo incansablemente. De hecho, al Viejo le queda por delante renovarse de nuevo en el Puer. Puer-Senex es también un desarrollo urobórico, circular. Como todo lo demás.
Puer es un iluminado reciente. Es un coronado. Puer es alguien que ha logrado ver la Carretera de Ladrillos Amarillos y comienza su deambular por ella. Oriente sabe que son necesarias muchas reencarnaciones y atravesar muchas infancias y vejeces en este mundo para alcanzar algo así. Así se representa Oriente la dificultad de lograr algo tan costoso como la epifanía del Puer. Nosotros nos hemos representado esa grandeza durante algunos siglos adorando al Niño Jesús. Pero, como digo, incluso conspicuos junguianos hablan demasiado de complejos maternos y paternos en relación al Puer, lo cual es algo pre-, indiferenciando todo ello de las relaciones con la Diosa Madre y el Dios Padre, que es algo trans-, y que es lo que realmente le da su carácter al arquetipo Puer.
Las misiones que le quedan por delante al Puer son, escuetamente, enfrentarse a la Madre y su poder enloquecedor (ser devorado por el Inconsciente Colectivo) y enfrentarse a Herodes, Saturno, el Padre, la resistencia y oposición del Consciente Colectivo. Es una posición trágica. Un amargo cáliz. Un patético honor. Es una postura tan compleja y paradójica que el mito la resuelve a menudo a través de una derrota, que sin embargo supone al final la victoria total. Ej. el mitologema de la crucifixión. Otras veces la renuncia al éxito es el éxito en sí. Ej. «Mi reino no es de este mundo». Por otra parte, la psicología e incluso el sentido común tienen serias dificultades para diferenciar la locura de la genialidad.
Esa diabólica encrucijada arquetípica es el Getsemaní inherente al genuino arquetipo Puer. Es cualquier cosa menos un juego de niños.
Los junguianos estamos muy acostumbrados a usar como ejemplo paradigmático de Puer a Saint-Exupéry, y normalmente se hace hincapié en una supuesta biografía malograda. Craso error: hablamos de él precisamente porque es un personaje de éxito. Hablamos de él porque en la historia de la literatura y el pensamiento francés El Principito marca un hito que coloca al loco aviador al lado de Sartre, Descartes o Voltaire. ¿Exagero? sí, pero no creo que demasiado. Se estrelló, desde muy alto. A ver cuántos suben hasta ahí…
En fin, esto era una digresión para decirte que es infantil (y propio de la moral del Alcoyano) pensar que ser devorado por un dragón es una victoria, pero que hasta el rabo todo es culebra y que, igual que en el caso de Jonás en el vientre de la ballena y tantas otras historias de aperitivos de monstruos maternos, nada está dicho sobre éxito o derrota definitiva a la espera de salir cagado, o vomitado, de ahí.
Saludos
Raúl Ortega dice
Eah, en auspicio del «orgullo Puer»:
Inscripción a la gloria de Saint-Exupéry dans Le Pantheon, à Paris. Por ahí al lado andan sus paisanos Voltaire, Rousseau, Marat, Victor Hugo, Émile Zola, Jean Moulin, Marie Curie, Louis Braille, Jean Monnet… Todos unos niñatos, claro.
Ay, amadísima Franz, ilustre Puella, cómo también te pegaste tus patinazos… *
*Sólo los junguianos me comprenderán…
Juan Manuel dice
Posiblemente sea inocente moral «Alcoyana»,…. pero en mi Puer interpretación el verdadero desafió heroico se sustentaba en vencer el miedo. Creo que logro salir, o vete a saber. Fue como una iluminación heroica perceptiva, algo extrañísimo. Durante tiempo busque una metáfora simbólica. Una bombilla que por una enorme subida de tensión se ilumina como un sol, para en un instante fundirse en un traumático final. Al fondo un precioso oso de peluche me miraba con gran ternura.
Estoy verdaderamente asombrado. De que manera algo que vivía desde una interpretación intuitiva/Imaginativa e frustrante, aparece ahora como un proceso de lo mas mundanal a través de tus palabras. Curiosa la cantidad de baba mental que me hubiera ahorrado estando informado.
Rietete tu de los Tiburones estelares de las profusas catarsis emocionales. De los liantes Magos de nunca jamás. O peor aun de las Brujas de países lejanos, las mamas que las parió. Si mi perro compañero del alma hablara, me dedicaría una retahíla de quejas al portador, pues el,,,,,en algunos aspectos representaba en una increíble proyección los terribles peligros de los que milagrosamente y sin explicación lógica salvo su vida. Pues eso…, riete tu cuando entra en escena el retorno mas temido «La Madre». No se?,… para mi que Goya equivoco el tiro, mas que Saturno, debía ser «Saturnina» la devoradora de hijos despistados. Al menos lo anterior compensaba por lo de extraordinario y mágico, como un vale la pena no perderse toda esta fiesta. Pero Saturnina es mucha Saturnina, un pisar tierra firme en postura «Ancla»,jajá…La madre que me parió.
Del resto Inconsciente colectivo y Saturno mi mas supina ignorancia, imagino por ser caminos no pisados. En un futuro no se si distante lo único que me apetece es entregarme a una visión del mundo desde la posición de un vagabundo, beber su belleza desde la distancia que da un cierto desapego, caminar y caminar. También un retorno a la naturaleza, a su silencio repleto de pequeños detalles.
Seguir la senda de lo que tu llamas ladrillos amarillos, ….valiente descripción. En el fondo me parece asumible, aunque yo soy un optimista mal informado. Es eso, silencio en la curiosidad de una observación abierta, no implicada, acompañada de la simple funcionalidad que permite resolver los pequeños problemas del día a día. Tengo buenas referencias.
Me siento en deuda contigo Raúl…, por el momento te pago con mis mejores deseos, y no son palabras vacías.
Un abrazo
Raúl dice
Me siento en la necesidad de matizar. A veces la parquedad y su contundencia indeterminan cuánticamente la precisión.
El hecho de ser deglutido por la gran bestia materna es un necesario trance en el tránsito por los caminos del Señor. Se trata del mitologema de la Nekya de Ulises, el descenso a los Infiernos. No es, por tanto, un error, un equívoco, un extravío, en sí mismo. No hay que entonar mea culpa. Hay, desde luego, distintos modos de abordaje de este paso, dependiendo de la relación de fuerzas entre ego e Inconsciente Colectivo (Infierno) y de la actitud del primero para con «estas cosas que pasan». Por ejemplo, en la Odisea de Homero se nos cuenta un descenso, digamos, voluntario. Es un autosacrificio, idéntico al de Inanna. Dante, sin embargo, dice que llega a una selva áspera y amarga como la muerte al despistarse de la «recta vía». Jonás, Jesús y Perséfone son violados; arrastrados de los pelos hasta la guarida de sus respectivos dragones. Digamos, por tanto, que hay diferentes niveles de heroicidad en el ego, como también diferentes relaciones entre el tamaño (el poder) de los contendientes: a veces el ego se encuentra con una cobra de 10 metros y a veces con un dragón que le parece de siete montañas. Pero, salga al final mal o bien, este asunto es ineludible paso cuando se vive la vida tal y como la Naturaleza la prescribe.
Es una prueba. «La» prueba iniciática.
Bien acabó lo de Ulises, reconocido puer heroico. Regular lo de Orfeo, que es otro estilo de héroe (no es verdad, en el fondo: es mirar lo mismo desde otra perspectiva). Cristo por los pelos se escapa, como Inanna, y el Rey Pescador, al estilo de Orfeo, o, incluso mejor, al estilo de Osiris, se dejó una parte de sí adentro. Mal…, toda la ingente masa estadística registrada por la OMS que habita desahuciada en hospitales o refugios psiquiátricos, por ejemplo. O el que se pega un tiro cuando su amante lo abandona y sus acciones caen en picado en bolsa, en una racha de extraordinaria mala suerte. O el que se enferma de algo en una época de estrés que acaba no teniendo cura.
Así que si una parte de ti percibió la Nekya como un éxito, un logro, no va mal encaminada desde esta perspectiva que explico ahora. Los alquimistas se afanaban diligentemente buscando la Nigredo, el peor de los sacrificios posibles en el desarrollo humano, porque lo contemplaban bajo el prisma de esta necesariedad. A mí siempre me pareció esa una postura tan adecuada, desde una perspectiva, como ingenua y «alcoyana», desde otra. De este modo más holístico y paradójico es como interpreto, finalmente, tu postura frente al monstruo. Hay un osito de peluche en algún lado, pero no es todo lo que debe decirse del asunto. Tua culpa, ma non troppo, por hacer un chiste de mal gusto.
El contumaz optimismo de la función intuitiva cuando es joven y lozana y se ha enfrentado con pocas mangostas y culebras aún, que le bajen los humos, es algo paradigmático. Mi papel a menudo con mis camaradas intuitivos es el de aguafiestas. Digo mucho algo como esto: «tu don te llevará de la mano, guiado por tu ángel protector, durante un buen trecho del camino. Te sentirás seguro y protegido. Pero indefectiblemente tu ángel de la guarda te acabará conduciendo hacia una abominable guarida, en cualquier siguiente vuelta de la esquina, pues es ley de vida».
El movimiento del Pensamiento Positivo, por ejemplo, me da muchísimo trabajo en este sentido. Muchos camaradas se afilian a sus hordas, dando por hecho que van a pactar así con su ángel un camino siempre luminoso de paz, provecho, progreso, abundancia y alegría. Yo los veo como bebés jugando descuidadamente al borde de un abismo, acariciándole la cola a un tigre. Entonces uno tiene que ponerse paternalista, y hacer el desagradable trabajo del poli malo. He perdido muchas amistades por esto, diré. Algunas las he recuperado cuando han dado la vuelta a la siguiente esquina, siguiendo los tenues (pero jamás tiernos) hilos.
Con esto creo que digo bastante sobre tu perro guía. Aunque soy más de gatos, es una raza canina que no me es desde luego desconocida.
Yo también pensé en Goya cuando escribí antes lo de Saturno, y en cómo es natural que los psicólogos arquetípicos confundan la guerra del Puer contra la Madre del litigio que trata de dirimir con el Padre. Espíritu de las Profundidades y Espíritu de la Época, consciente e inconsciente colectivo, se alían constantemente en una dupla devoradora al estilo del «Así es arriba como es abajo». Del mismo modo que no hay nada como la madre personal (digámoslo más exactamente: su animus -su saturno-) para representar la opinión pública, el establishment de la comunidad donde el hijo está inmerso.
Gran imagen de resolución final la del Vagabundo. Estoy contigo. Aunque, volviendo a mi papel de poli malo, te aviso que no hay Vagabundo que venga al rescate hasta que no solvente uno todo el Karma pendiente con el entorno inmediato en que está atrapado.
Un abrazo
José Antonio dice
Hola Raúl:
Muy buena digresión sobre el binomio Puer-Senex. Y muy interesante el «patinazo» que has indicado en el libro de nuestra muy apreciada Marie Louise von Franz. Aunque debo decir, para su descargo, que demasiados hay en una situación pre (o sea, indiferenciación de las relaciones con la Diosa Madre y el Dios Padre) y, demiado pocos los que han sabido ver (diferenciar) las relaciones entre el Ego y la Madre y el Ego y el Padre.
Dices, muy bien apuntado por cierto, lo siguiente:
«Pero, como digo, incluso conspicuos junguianos hablan demasiado de complejos maternos y paternos en relación al Puer, lo cual es algo pre-, indiferenciando todo ello de las relaciones con la Diosa Madre y el Dios Padre, que es algo trans-, y que es lo que realmente le da su carácter al arquetipo Puer.»
He ahí un asunto crucial. Cuando leí el libro El Puer aeternus de M-L von Franz, me rechinaba que ella, precisamente ella, hablara tanto de complejo materno en los pueres. Ciertamente, como digo, la inmensa mayoría de los supuestos adultos viven en un estado de completa indiferenciación para con la Madre, y, por consiguiente, encontramos que sus relaciones de pareja son de los más pueriles. La mujer es la mamma. Ahora bien, confundir esto, lo que yo denomino el aspecto negativo (debería decir mejor, indiferenciado) del arquetipo, con la verdadera expresión del Puer Aeternus, el Joven Eterno, el Príncipe que aspira al Trono, es un error garrafal. Ahí, sí deberíamos dar la razón a Wilber y decir que algunos jungianos no han sabido diferenciar entre los niveles pre y trans del arquetipo. De ahí que, en mi ensayo, diferenciara claramente en dos apartados este espinoso tema. Y eso que, para que el ensayo no se convirtiera ya en libro (que espero escribir, desde luego, y que te invito, querido frater a que participes en él) dejé mucho material sin escribir. Precisamente, el concerniente al tema Puer-Senex, como lucha con Saturno.
Hay una lucha con un Dragón, la lucha iniciática de Sigfrido (un dragón que, desde luego, no por mucho vencerlo, significa que éste haya desaparecido. Ya sabemos que, en determinadas personalidades, hay citas más o menos periódicas con el Dragón. Claro que, dependiendo de cuál sea la actitud de la consciencia, dependerá la forma en que éste se manifieste.
Lo trágico en este mito es que el Héroe pretende apropiarse de los tesoros obtenidos tras vencer al dragón (el tesoro de los Nibelungos) y, con ello, acaba manifestándose la maldición. El anillo de los nibelungos, el precedente del anillo del Señor de los Anillos, no obedece sino sólo a su dueño. Importante tener en cuenta este detalle…
Un fraternal abrazo
José
Raúl dice
Querido Jose:
Sentarme a desarrollar mis investigaciones sobre el Puer es otra de tantas cosas que voy aplazando y retrasando, y que tengo acumuladas aquí al lado. Cosas de pueri, ya se sabe. En realidad el quid de esta cuestión es algo tan obvio, tan de Perogrullo, que realmente escandaliza que se escriban libros tan trabajados como el de Franz sin hacer ni una sola mención a las claves auténticas del tema.
Los junguianos se han separado en dos bandos también frente a esta cuestión: los hillmanianos hablan del complejo paterno del Puer y los ortodoxos del complejo materno. En cierto sentido cometemos el mismo pecado que el Eneagrama, al describir los tipos no por su luz y el sentido positivo que les es propio, sino por su sombra y sus inferioridades, y desde ahí uno incluso estaría tentado de decir, y no le faltaría razón, que Ulises cuando regresa a Itaca no hace otra cosa que sucumbir regresivamente a su complejo materno, explícitamente representado por Penélope, su esposa-madre. Pero hablar del complejo materno, del paterno, del sexo o el poder es hablar de cosas que son universales y polivalentes. Las encontraremos por todos sitios. Las sociedades enteras son las acomplejadas, las afectadas por todas estas básicas cosas. Eso no describe ni explica la idiosincrasia especial de una tipología puer ni sus fundamentales habilidades. Tan sólo habla de las inferioridades que tiene en común con el resto de sus semejantes. Como todo mortal masculino, anhela tener un cálido hogar al que regresar donde habite alguien que le mime y que le cuide, y que se ocupe de todas esas pequeñas y fastidiosas cosas para las que él no tiene ni energía ni tiempo. Como artista, anhela un o una mecenas. Pero por más vueltas que le demos a las cosas que él necesita y frente a las cuales es débil, no hablaremos de quién es realmente y qué tarea es la que tiene encomendada. Para la que unos pueri son brillantes, y otros opacos.
Estadística y paradójicamente, el Puer y, en especial, la Puella, son los tipos que más huérfanos cuentan entre sus filas. Al menos esa es una de las llamativas cosas que me he encontrado en mi investigación. Y es que hay que ir diciendo ya que una de estas cosas básicas que les caracteriza es precisamente una necesidad dhármica (individuatoria) de trascender los complejos maternos y paternos, en una virulencia que no ocurre con otras constelaciones arquetípicas tipológicas. Una inmensa fuerza que los arrastra desde la madre personal al mar, desde la mère a la mer (¡se pronuncian igual en francés!), y esto, dicho de paso, es algo que literalmente podemos ver en la biografía de Saint-Exupéry.
En fin, hasta aquí digo de momento. Teniendo en perspectiva tu amable ofrecimiento de explayarnos al alimón en este tema (muchas gracias) y un ensayo en solitario, de momento de todas formas voy a dejarlo de nuevo aparcado aquí. Consabidas puerilidades.
Un abrazo
Juan Manuel dice
No me das la impresión de actuar como el Policía Matute. Bien al contrario,… apoyado en tu experiencia con un pie en el suelo… el otro en tierra: Te observo como un Gel de Baño refrescante_suavizante_hidratante. Que te parece por tanto tener en mente un mito paralelo iniciatico donde te elevan al cielo pero para caer de lo mas alto y con mas peso, si no el de aquel Icaro desdichado que se fabrico alas de cera. Dios aprieta pero no ahoga. Sin olvidar que en el camino muchos se han ahogado. Paradoja circular en la que no vale la pena pensar mucho. Incluso me siento moralmente inferior frente a muchos individuos, no he tenido que bregar con la total falta de esperanza, ni hemos tenido que ir hacer la guerra a matar ideólogos soldados de la barbarie nacionalista.. Me lo enseño Don Juan,…Todo es un desafió, incluso la euforia, la dicha, el buen tiempo.
Ya hemos hablado de Karma que yo la observo como una puerta cerrada que se abre cuando sueltas el pomo y te haces a un lado. Al fin y al cabo quien es el mayor enemigo?, no es el ángel, tampoco el positivismo. Donde perece uno?, acaso en abismos en que nada se puede hacer, si así fuera que mas da si no esta en mi mano hueca. No nos engañemos toda situación que se niega se repite circularmente. Toda contracción de conciencia que evite la Naturaleza de la realidad es un empujar la puerta que se abre hacia afuera. No es pagar por lo realizado este Karma. Por tanto nuestro ángel guarda_jurado mas bien lo imagino como un sereno que te acompaña a la salida, no para que traspases la verja con la fuerza de voluntad, si no para apartarte mientras tomas total conciencia del hecho. Negar a la Naturaleza es la peor negación por que es negarse uno mismo en aras de maravillosos futuros, mas allá de la creatividad esta el caos y la muerte.
Buena cosa es encontra a la Dama (Anima) y el Vagabundo. Ahora como idealizacion pero con la conciencia en el contexto actual. Seamos pues impecables es nuestra unica libertad.
Sal_U_Dos
Raúl dice
Si no te leo lo del gel no me acuerdo que ahora me toca ducha. Aunque yo uso, como me enseñó mi padre, jabón a poder ser «lagarto» y estropajo blanco (no verde, pero raspa también).
Que te parece por tanto tener en mente un mito paralelo iniciatico donde te elevan al cielo pero para caer de lo mas alto y con mas peso
Claro, es siempre muy oportuno. Porque nada más salir por la cloaca del dragón uno es un huevo-globo. Henchido. El Puer adolece a menudo de gran chulería, especialmente atravesando ese trance que le es tan propio: el renacer coronado desde la Nigredo. La Albedo a menudo es como una elipse balística, por esto. Se sale disparado hacia arriba pero luego se cae, rectificándose.
Nuestra conversación se ha revelado kármica, porque se repite circularmente 🙂 En esta nueva vuelta al circuito te diría que, en lugar de absorberte en abstracciones sobre el método general de liberación, te concentraras en el concreto caso kármico que tienes en mente cuando piensas en ello. Piensa que no se puede aplicar la misma maña a un caso tipo «por más que me empeñe en conseguir esto, no me sale nada» que a uno «por no hacer algo que no sé aún qué es, no me sale nada». En el primer caso soltar ese pomo y salir por la ventana está bien. En el segundo por más que lo sueltes la puerta corre detrás de ti y te sigue dando en la cara. En el mismo sentido que quiere expresar ese viejo y sabio adagio del «Lo que te pertenece, aunque lo sueltes, volverá a ti».
Voy al jacuzzi…
Juan XXXX Manuel dice
Pero que jodio que eres, jajaja. El caso Karmico que me traigo entre manos lo he intentado abordar por arriba, por abajo, por la puerta, por el pomo, por el Gel, por yo que se,…je. Parece mentira con lo listillo que me creía….
En fin siempre me queda Handel y alguna que otra peli….
Pero que conste que me esfuerzo.
Un besazo
Raúl dice
… Lo mismo digo, casi. Haëndel me aburre bastante pero escribo ahí Chick Corea, Zappa o Wagner, por ejemplo, y ya está.
😉
Juan Manuel dice
Aprovechando las claritas y vuestros excesos de profundidad Jung_Y_Ana e intentando captar el tema. Me ha venido un par de cuestiones que no acabo de enlazar, cuando tengas tiempo y como si fuera un Puer de patatas me cuentas como observas a través de la biografía del Brujo Don Jung su propia travesía oscura del alma. No he sabido encontrar algo especifico donde le deviene la doble crisis de los sentidos, teniendo en cuenta que la misma se observa como una perdida sensorial por los objetos del mundo obligando a una introversión dolorosa. Por otro lado parece claro que su proceso de individuación lo llevo a buen termino, vivió su propio mito y al final de sus días el Inconsciente y Consciente parecían una unidad por su incomprensible comunicación con la vida tanto lo inanimado como lo animado.
Por otro lado no acabo de entender como se entrecruzan los arquetipos del Puer y el sabio con la integración de la sombra personal, si pueden ser simultáneos, si uno precede al otro además de entrelazarlo con la oscura travesía del alma.
Aunque siempre obvias cualquier comentario sobre la obra de Carlos Castaneda en mis textos y como estoy seguro que la has leído, seria interesante una opinión desde tu punto de vista mítico, además que yo siempre lo he visto como un proceso de individuación aunque claramente no vinculado a la mística, pero si a la totalidad del ser. Al fin y al cabo el talante filosófico de la obra trabaja con las mismas herramientas a saber, sueños, visiones, señales (Sincronicidad), es decir todas aquellas posibilidades humanas que están mas allá del Tonal.
Mi espíritu extrovertido se compensa con Haendel, Bach, LLuly, Campra y todo lo que suene a Barroco, religioso, ahora por cierto acabo de descubrir una Joya Rameau, francés como tu aviador drop. En mi época paranoica volaba con Robert Fripp…el resto Pink Floid..etc…. Y el surrealismo de la manita del Art. deco……
Al zappa, al Wagner y al Coreano, por un oido me entran y apago….
Y si mis rollos te cansan, apaga. No problema.
Venga……muchachote
Raúl Ortega dice
Un gran libro donde te vas a encontrar trabajado precisamente el tema de la transformación de Jung es éste. Por otra parte, en un libro serpentino antijunguiano como es EL CRISTO ARIO vas a encontrar bastante más material alternativo alucinatorio de lo que suele aparecer en biografías oficiales.
Castaneda es una de esas cosas de las que no se habla. Baste un guiño, una complicidad, y guarden silencio cartujano los adeptos. No merece la pena alimentar gratuitamente la polémica. Quien tiene ojos que lea. Quien tiene ojos sabe distinguir la verdad de la ficción, y hasta del engaño. Hasta qué libro leer de la saga y cuál tirar a la basura. Hasta dónde son importantes las anécdotas alrededor de Cleargreen y la vida personal de Castaneda y hasta donde todo eso importa un soberano carallo. Por decir algo, un poquito, yo diría, como Dragó, que es una de las principales obras literarias como poco del siglo XX.
Meternos a fondo en los vericuetos de las interrelaciones entre arquetipos de ese calibre es algo que excede el contexto de un comentario foral. En general se puede decir que la sombra del Maggi-co Puer de papas es el sexo y la pasta, todo lo que viene de los dos chakras inferiores, y que por ello y otras cosas aún más decisivas viaja sin hogar, al viento, aunque la suerte le depare un buen curro momentáneo y una guapa molinera. Cuanto más Anciano sabio, al menos más cerca está de que lo recoja un asilo.
Ya veo que tu interés musical tiende a sintonizar los 40 principales… aunque sean del siglo XVII :-P. Lo que llamamos clásico demasiado a menudo significa música que fue frívolamente Pop hace demasiados años. Mera fama que se ha heredado de generación en generación, sea consecuente o no tanto. Carla Bruni será tratada como clásica por los culturetas del siglo XXII, ya veremos, mientras tocamos la lira y asamos marshmallows en la hoguera de las vanidades. Se estudiará su biografía en Historia de la Música y se seguirá sempiternamente recitando la lista de artistas famosos muertos como se recita la de los importantísimos reyes godos. Y a eso le llamaremos cultura.
Y al barroco le llamamos «arte religioso», cuando más que arte es artesanía de altas pretenciosidad y calidad encargada por una Iglesia decadente que quiere recomprar el espíritu pero sólo acierta a alquilar buenas manos y oficios. No la culpo. Hace rato que está desesperada.
Barroco, recuerda que significa «joya falsa». Barro-co, ro-cocó-ri-co. Crestas preciosamente rizadas de gallina.
Eso tiene tal calidad religiosa y transmite tanta realidad divina que, la verdad, no sé cómo la gente acabó al poco volviéndose definitivamente atea. No lo entiendo…
Está bien, está bien… Me he pasado. No es del todo así, ni merece la cosa tanta saña. Te pido disculpas. A fin de cuentas Dios está siempre presente, incluso en los gulags rusos. Pero es que en lo personal el barroco y su dedito meñique levantado hacia arriba, su «poudre de riz», sus lunaritos cosméticos y su amaneramiento cortes-ano/burgues-ano me producen un rechazo sólo superado por el arte pop y toda su lucrativa chuflería decadente.
En música especialmente, si la delicadeza y el savoir faire no van de la mano de la pasión incontenida, el exceso y el grosero volumen, ocurre que los ángeles se piran aburridos a otro concierto. Sin blues y sin jazz no hay embriaguez sufí, no hay mística. Heavy Mystic, forever.
¿Quieres escuchar a Dios? Tortura tus tímpanos metido en mitad de cuarenta negras hartas de pollo frito cantando a todo pulmón Gospel. Entra en trance. Olvida para eso el catolicismo y sus frías catedrales. Las religiones institucionalmente labradas son en verdad tan necesarias en nuestro ánimo y la sociedad en general como el matrimonio, pero son al amor como eso mismo. Regresa al animismo, a la experiencia basta, inculta y por eso auténtica de la religiosidad sin soda. Soul, Blues. El alma es azul y negra, querido hermano… Predica esa buena nueva.
No sé qué quedará del Jazz para la Historia. Su improvisación no cuadra con la rancia partitura. Los discos, los cds, los mp3, se acabarán esfumando. Su karma parece muy diferente del de la música clásica. Es un organismo realmente vivo, por tanto mortal.
A la gloria de Shiva nuestro Señor y su esposa la Santísima Shakti. Con nombre francés, para que no se diga. Zakir Hussain, capaz de tocar dos tocatas a la vez, una con cada mano, Vikku Vinayakram, que toca sonatas con una tinaja, y L. Shankar, en el violín. A la salud de Paganini. En español: «la danza de la alegria».
Juan_Manuel dice
I – Parte. Seguiré los pasos indicados en tu mensaje, me interesa mas su propia transformación (Jung) en su trasfondo socio_político mas las experiencias biográficas que los entresijos de su obra.
II – Parte. Pues muy mal. Precisamente de lo único que no quería tu opinión era de la Coletaridad de la Obra Castaneda ni del autor biográfico, esa parte la tengo suficientemente contrastada. Castaneda se ha convertido en la «Mal Paga» todo el mundo la usa, pero todos giran el rostro como si no la conocieran. No se que libros largarias, ni se de donde extraes tus conocimientos tan resbaladizos. De lo que si estoy seguro que mas allá de la percepción intelectual de la obra donde se aprovecha una parte minúscula para engordar propuestas filosófica mas decentes a la opinión publica, se esconde un tesoro invaluable donde el autor y su vida se hace totalmente innecesario junto a la transferencia filosófica_Tolteca ligada a símbolos ajenos a su esencia. Lo que es de indudable valor son las experiencias en bruto, pues son universales del alma humana.
III – Parte. Creo que tu breve exposición sobre sexo y dinero compila muy bien los vericuetos interdisciplinarios de las relaciones entre arquetipos.
IIII – Parte. Es cierto desde tu profuso discurso racional todas las relaciones que observas entre la música, el siglo, la burguesía, el ano y las religiones institucionalizadas junto a su mensaje para las masas, etc..etc…etc…., mas las implicaciones yupis del arte pop, mas todo lo que se te ocurra en referencia al Barroco, a la música religiosa…. y el sinfín de San Benitos que con toda la razón arrastra.
Pero las cuestiones Quánticas que envuelven lo que atrapa el corazón y la atención en las Bellas artes escapa al racionalismo mas analítico y personal de las fábulas del Ego y sus discursos, aunque este venga de un Doctor Raúl Honores Causa en Jung. Siendo joven escogí una profesión por que solía observar una estética simbólica a su alrededor muy marcada aunque totalmente circunstancial, no tenia nada que ver con la profesión. O cuando me enganche de una chavala simplemente por haber nacido en un Barrio determinado, tres calles mas abajo y ni me hubiera fijado en ella. No es mi parte consciente la que manda, aunque si le da todo el beneplácito para dejarse llevar por la locura de la llamada.
En fin…un saludo marcial
Raúl dice
I – Cuento con que por supuesto has leído los básicos biográficos de Jung como son Recuerdos, sueños, pensamientos y alguna biografía desde terceros, como el excelente trabajo de Gerhard Wehr (mira en la sección «Iniciación»). Sin ese bagaje básico esos dos libros no los vas a poder contextualizar. Son dos libros que profundizan en el tema, que añaden datos a los ya conocidos.
II – Es que a mí lo que me viene a la cabeza con este tema es «quien habla no sabe, quien sabe no habla». ¿Qué decir de los 8 primeros libros -corriendo un velo sobre la bazofia posterior-? Que son el Camino, la Verdad y la Vida. Amén. ¿Qué otra cosa podría ser la Psicología junguiana que un excelente instrumento para comprender Eso?. De parte de Eso, porque Todo es mucho. Pero Eso en sí es eso: Lo que es.
Si me tiras de la lengua diría cosas como que son una puerta astral (un pasaje al Inconsciente Colectivo -interpretando desde Jung-) que se abrió en los 70, la auténtica década prodigiosa, un agujero de gusano hacia el siglo XIX y hacia el futuro aún ignoto. Esa década nos dio, entre otras maravillosas cosas, la música más grande que ha conocido en toda su historia la Humanidad 😉 (a falta de saber cómo era el Jazz de los sumerios) y a Castaneda. No es casual.
Pero si tengo que hablar de estas cosas tengo la impresión de que estoy revelando los secretos de la masonería a los legos. Entre masones no hace falta hablar de cosas tan obvias.
IIII – Tooodos los caminos conducen a Roma. Si te hubieras enamorado de la chica sólo por la forma de sus pechos o por cómo te hace las felaciones, eso también está cargado hasta arriba de presencia transpersonal. Todo es una metáfora detrás de la cual está el Self. De lo que hablamos es de niveles de sensibilidad, pureza y profundidad de las metáforas. Por supuesto el Arte es una metáfora, el Amor también lo es, y ambos están sujetos a «purificación», a desarrollo, a perfección. Purificación significa en realidad que cuanto más estén contaminados de arquetipos explícitos, mejor. Pero siempre lo están, aunque entre tanto ruido no se note.
Ahora bien, esto es hablando en general. Para algunos prendarse por el art-decó a los veinte años no es más que una bisagra para pasar después a un interés más auténtico, más individuado. Por ejemplo, yo estaba fascinado por el surrealismo en la adolescencia. Hoy me parece una aproximación infantil al mundo de lo Inconsciente, que hoy sé que era mi auténtica aspiración oculta en aquel entonces. Pero en ese modo aún estaba algo «impura». Me sigue gustando, pero no me fascina como antes, cuando su metáfora era la adecuada a mi nivel de conciencia. Pero la música sigue encantando a mi serpiente de un modo muy profundo aún. ¿Es porque aún es algo que busca «purificación» o es porque soy músico, y jamás lo dejaré de ser? ¿Y la arquitectura y el paisajismo? Son tu surrealismo adolescente o son la vocación que siempre debiste ejercer? Por estas diferencias individuales que matizan los desarrollos generales Jung le llamó a Aquello que Castaneda cuenta, como casi ningún otro, «Individuación».
Juan_Manuel dice
La verdad que me has dejado en un impass silencioso. Ahora mismo no sabría que decir ante tanta pregunta que vira entre la depuración sensible y la especialización.
No lo se, a lo mejor mi nivel de conciencia es el que es «Infantil» sin mas pretensiones. Pero por depurar o por una especialización individualizada son las llaves que me conectan a la vida, aunque reconozco que jamás pueda moldearlas de manera practica, sin embargo todos mis movimientos incluso los inconscientes son guiados a través…….. También podría argumentar que entrar al mundo del Inconsciente necesita de llaves evocadoras, cerraduras que rompan la cadena del control mundanal, por supuesto la luminosidad de los arquetipo que presenta Alicia en el País de las maravillas o los tratados de lógica de L:Caroll me producen un resplandor profundo, mientras que la música de Wagner me da dolor de cabeza.
En cuanto a la arquitectura en su dimensión mas elocuente se fabrica con ladrillos geométricos, pero si me poso delante de Casa Batllo (Gaudi) el mundo se para. Sin embargo siempre suspendía Dibujo lineal o libre. Un circo es una aventura a los sentidos, pero no cualquier circo.
Se de la importancia de prender los símbolos que ascienden al lado consciente, el entenderlos e integrarlos, aunque espero que el proceso de indivuacion no este reservado en exclusiva a los Doctos de la profundidad analítica psicológica transpersonal, aunque si estoy en conexión con la vida los procesos e interpretaciones pasan a un escalón secundario.
También se ha de tener en cuenta que yo vivo entre Gaudi y Dalí, Montserrat y El Valle de las brujas, La montaña Mágica y el Mediterráneo, cuando me asomo a la ventana o salgo a comprar el pan me encuentro la arquitectura de Puig i Cadafall. Me siento bajo las farolas de paseo de Gracia o tomo una copa de cava en los tejados de la pedrera. Si quiero algo duro me marcho a Cadaques o camino en un parke Guell.
Sin embargo nunca recogí algodón, ni fui esclavo, ni cante en misa tocando las palmas, y eso quieras o no marca.
Abracitos
Raúl dice
Sin embargo Barcelona tiene de toda la vida la comunidad negra más radical y activa de toda España. Más aún que las andaluzas. En vez de Luther King está Peret, pero bueno… Los blancos y los negros somos aquí, en la Louisiana al jamón serrano, más peret… zosos. Cuestión, estoy seguro, más de clima que de otra cosa.
Ahora mismo estamos en una encrucijada de tres senderos. Uno nos dirige al debate entre los arquetipos Apolo y Dionisos, otro a la cuestión de las tipologías personales y otro a tu análisis personal, que es el terreno en el que te acabas centrando siempre. Pero por mucho que nos interese nuestro ego como introvertidos, repito que no es un foro el lugar adecuado para mirarse en el espejo de Narciso. Hay que usarse como ejemplo general, o como excepción particular, en una charla más impersonal y más universal, pero ya está. Así que el tercer sendero lo obviamos y vamos a hacer un planeo rápido por los otros dos.
Nuestro mundo es altamente tornasolado y diverso. Nuestro mundo se caracteriza por la enorme oferta que tiene por delante cualquier interés. Por la abrumadora necesidad de elección. Vivimos en la multiplicidad y en la variedad. Ahora bien, mira esta web, mira alrededor de este mensaje. Es un homenaje a lo arquetípico. A lo común, a la raíz común, a lo universal, a lo imperecedero. A lo eternamente efectivo y actuante. A lo idéntico a Sí mismo. Esto es la Psicología transpersonal al estilo junguiano: el mantener la vista firme en el sustrato ancestral y colectivo detrás de todas las varianzas individuales y el devenir loco y cíclico del tiempoespacio y su multiplicidad. Este aspecto colectivo tan impersonal, en principio, se compensa por el hecho de que prestar atención a eso es lo que justamente te acaba otorgando una personalidad distinta, particular.
La Individuación es el viaje de la gota que recibe su auténtico nombre propio al fundirse con el mar.
Ahora, piensa: ¿de dónde venimos? ¿Qué estábamos haciendo hace 12 siglos, y qué estuvimos haciendo desde un par casi de millones de años hasta ahí? Tocando tambores y dando saltos alrededor de una hoguera. Introvertidos y extravertidos, durante generaciones y generaciones, se sintieran unos más a gusto que otros, lo que tenían delante como Arte, o Religión (inseparables), era la embriaguez apasionada. La misa gitana. Esto es profundo, algo muy «puro», tanto en mí como en ti como en nuestro amigo el otro, aquel de la moto. Dionisos el místico ebrio está antes; Apolo el místico geómetra viene después. Filogenética y, de algún modo, ontogenéticamente también. Este problemilla fue algo que se convirtió en leitmotiv en alguien que nos representa tanto a todos como Nietzsche.
Apolo trata de contener el caos de su hermano mayor, pero a veces los círculos sobrios pueden ser suficientes para explicar y contener la fuerza vital y a veces no. Así que el debate entre estos dos arquetipos no termina nunca. El hombre necesita orden, pero el orden nace del caos. El hombre es delicado y sensible, pero los dioses son groseros. Tarde o temprano, tenemos que dejarnos caer en el caos, porque eso nos espera en el camino hacia la profundidad. O nos quedamos con la parte de Dios que podemos soportar y entender como bella, y nos tomamos una copa de cava (nada más) mientras nos aguijonea y nos llena de ansiedad el debate sobre el Mal («la avalancha de oscurantismo que se nos viene encima»). Apolo es un salvador, pero sin los sátiros diablos salvajes que estaban ahí antes que él no tiene nada de qué salvarse ni de qué salvar.
Esta es la razón por la que la serena y clásica belleza de la arquitectura se acaba convirtiendo de repente (tú lo has dicho) en la puerta que nos lleva a una negra culona danzante que nos pone el ánimo del revés. Porque el Self no termina ahí, en Apolo. Aunque ya mucho es sentirlo a través de él.
Pues bien, esto sería un esbozo del debate en dirección a lo arquetípico. Yo defiendo lo dionisiaco en un punto que está más allá de los gustos y varianzas personales, dirigiéndome al pitecántropo que somos todos sólo un poco más allá.
En el plano de las tipologías, tenemos aquí el famoso debate entre el clasicismo ilustrado del introvertido intelectual, más contenido, y la euforia sufí del vagabundo intuitivo, el trotamundos con bota de vino peleón y un ánima incontenible. Narciso y Goldmundo forever. Algunos junguianos los llaman «puer dionisiaco y puer apolíneo». ¿Qué te parece?
Se trata «sólo» de si nuestra personalidad se alimenta más de donuts de intelecto mojados en café de intuición o de ensaimadas intuitivas mojadas en leche de pensamiento. Las dos cosas están tan cerca en realidad que hay personas que se pasan la biografía dando bandazos entre las dos dietas. Por ejemplo: un servidor. Una parte de mí sintió el éxtasis arquitectónico en la obra de Castaneda, comprendió el Camino en abstracto, y la otra cogió la maleta un día y se marchó, de hecho, a Oaxaca. A construir catedrales y prostíbulos ensuciándome de cemento y cal. Sin las dos dietas, las dos, perezco de inanición, y mientras agonizo no tendría nada que decir ni aquí ni en ningún lado.
Saludos desde Nueva Orleans
Juan Manuel dice
Tu elocuente exposición me lleva al silencio, añadir o quitar seria insolente. En fin …que vida esta.
Un abrazo
Un pueres achinchetado dice
Respetuosos saludos.
Perdonen que les moleste, caballeros.
Siento si interrumpo el dialogo. Sean todos mis respetos, y mi agradecimiento a la causalidad que me ha hecho llegar aquí.
Caigo aquí, y aprovecho para solicitar una pequeña dirección, en un momento inmejorable. Ruego me permitan realizarles dos peticiones.
Primero. Siendo inesperto, empezando a andar, y por si alguien en mis mismas ciscunstancias se perdiera también por aquí… Podrían recomendarme literatura (saben ustedes que los puer, no disponemos de todo el tiempo del que nos gustaría para leer las obras de Jung y de sus más ilustres comentaristas), sobre los principales arquetipos, pre y trans, que han comentado al inicio de su diálogo. Les repito que sé que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas, pero al pasar por casualidad, no pude evitar quedar encandilado por el apasionado diálogo, y desearía profundizar un poco en el tema, sobre el que tantos comentarios he oído, pero cuyas fuentes me son desconocidas.
Segundo. ¿Sabrían ustedes de alguien, por estos lares, serio y un tanto avanzado, que pudiera ayudarme a trabajar un poco mi complejo materno? Joven soy, pero he tenido ya maestras y maestros, de diversas calidades… Siento que en estos momentos tal vez ustedes pudieran indicarme una dirección adecuada.
No les molesto más, caballeros.
Disculpas de nuevo, y gracias por la escucha.
Reciban multiplicado, todo lo que puedan ayudarme.
Un respetuoso y agradecido saludo.
Un caminante por desconocido paraje…
Juan Manuel dice
Señor achinchetado en la eterna adolescencia, de entrada saludarle.
Si me lo permite, me gustaria expresar alguna sugerencia que no ha de tomar en cuenta, pero que esta basada en mi eterna adolescencia de acomplejado materno con un toque de Don Juanismo venido a menos.
Los sufridores Pueriles Pueres solo nos movemos por amor pero no solemos amar por falta de experiencia aquello que no nos gusta, somos muy finolis. Total que funcionamos a tope en plan loco o no funcionamos en posición contemplativa. Después de mucho leer al final esta todo escrito y Jung lo tenia sumamente claro, lo único que nos hace madurar es trabajar
Eso no significa salir como un poseso en busca de cualquier horrible trabajo, que va….. yo tengo plena confianza en el «Si mismo» y el avance en el plano laboral con el objetivo de madurar esta en su mano, ya se encarga el de trazar un destino de orden y trabajo.
El trabajo es lo único que nos saca de nuestras efusivas ensoñaciones……adolescentes del misticismo romántico. Por otro lado la Fe en mi totalidad no es comodidad adolescente, que algo hay…por supuesto, es la conclusión de recapitular la vida y contemplar sus círculos concéntricos y la mano negra que mueve los hilos.
Un saludo cordial
Raúl Ortega dice
La casualidad, querido amigo, es la única razón realmente importante para abordar cualquier cosa. Así que tu «intromisión», que no lo es, está en todo caso absolutamente legitimada.
Aconsejarte obras concretas es complicado, porque el trabajo y la exposición de las cualidades de los arquetipos y su influencia en la psique se abre en abanico por toda la obra de Jung y los junguianos. Pero, bueno, yo te recomendaría dos libros para abrir boca; especialmente el segundo, que se ocupa bastante precisamente del arquetipo/complejo materno, uno de los más afectados por la polémica pre-/trans-, y nuclear en el asunto Puer: «Las relaciones entre el Yo y el inconsciente» y «Arquetipos e inconsciente colectivo».
En relación al tema trabajo terapéutico mi primera recomendación es la obvia: busca en tu ciudad (que no tengo remota idea cuál es) algún analista junguiano y apréstate a trabajar con él. Que no tienes esa opción: mándame un correo privado.
Saludos
De nuevo el puer... dice
Señor Don Juan, Manuel.
Agradezco su consejo y lo reiteraré cual mantra, seguiré la dirección del «Si Mismo» para encontrar cómo y dónde desempeñar mi trabajo (laboriosidad me gravó a fuego en el corazón, mi adusto progenitor…).
Espero no abusar si le pido otra pequeña dirección… Sé que cuando el discípulo está preparado, aparece el maestro, pero tal vez pudiera indicarme dónde se esconde algún iniciado de chamánica orientación, o alguien que provea de alguna interesante experiencia en caminos no racionales… Me encuentro en un cambio de ciclo, he de derrumbar algunos muros mentales y siento que es momento de una experiencia no cognitiva…
Escucho sus consejos, si tubiere algún reparo…
Gracias de nuevo por su tiempo. La vida, o yo mismo, si nos topamos adelante en el camino, se lo devolvamos… Y si no, le será regalado a los que vengan detrás…
Señor Don Raúl.
Anoto la bibliografía y la agradezco. Y de nuevo abuso. En la actualidad resido en la medina que llaman Magerit, tal vez en un tiempo baje a Cadiz. Por si conociere a alguien, le adjunto mi correo jbecmore@yahoo.es (no creo que ningún entrometido ose llegar hasta aquí).
Señores, gracias a los dos por su tiempo y por regalarle al mundo sus ricas experiencias. Y gracias al mundo por las gallegas chinchetas…
Pase y quede lo que deba.
Y gire la rueda.
Bienes sin límites y buen camino les sea dado…
Inmensamente agradecido…
Un joven caminante.
Raúl dice
La admonición hacia el laburo para el Puer siempre me sonó como el clásico galeno de recomendar parir como cura para la histeria o, aún mejor, aquello de «amáos los unos a los otros», a palo seco y sin juego preliminar. Por cierto que tal y como está el país me temo entonces que la plaga de puerismo va a ser como la de langosta.
Por su parte, Hillman recomienda sufrimiento como medicina para la puerilidad. En realidad, si os fijáis, las dos posturas tienen en común que prescriben «salir del Edén»: «te ganarás el pan con el sudor de tu frente y parirás con dolor». En el fondo, la idea es muy simple. El complejo Puer se cura aplicando en cataplasma a su enemigo: Saturno. «Peter Pan, tómate mañana y noche jarabe de Garfio».
Ambas recetas tienen sentido y, a la vez, no. En tanto es propio del Puer inmaduro (sí, yo distingo entre maduros e inmaduros dentro del Puer), especialmente alimentado en contexto cristiano, ser demasiado optimista con respecto a la bondad y generosidad del Inconsciente Colectivo, avisar de lo que se va a encontrar a la vuelta de la esquina como requerimiento vital no está de más. Pero un Puer más diferenciado se va a encontrar enfrentado con los requisitos de la cruda realidad antes de que a nadie le de tiempo a explicárselo. Él es el guerrero interior, el peregrino, la personificación de la Individuación. Todas las batallas le corresponden, todas las cruces, todo el veneno a beber. Es definitivamente intrínseco a la pura esencia Puer encontrarse cara a cara con Saturno, pues es una pareja especialmente inseparable ontológicamente. Saturno es el Demiurgo, lo dado, lo presente por doquier, y precisamente el Puer es aquel que reclama el valor de lo que no es tan evidente, de lo que no se ve. Tiene algo de gratuito aconsejarle al Puer con las obviedades a las que precisamente tiene por misión sobreponerse en lo posible. Es como decirle a cualquiera que nunca se olvide de comer y defecar. La novedad es que alguien se pase un mes ayunando, como los buenos fakires.
O como decirle a Oliver Hardy que tenga presente a Stan Laurel, o a Romeo que no se olvide de Julieta. O, bueno, eso mismo: que Peter Pan no se despiste de Garfio.
El trabajo y el sufrimiento del Puer no son corroborar lo que ocurre al alejarnos del Edén, que estamos aburridos de saberlo, sino encontrar el camino de regreso a él.
—–
Estimado Don Jbecmore@yahoo.es:
En la Villa de Magerit tiene usted infinidad de recursos de acuerdo a sus necesidades. Mi vivo consejo es que, ya que va usted a trabajar y sufrir bastante, por más que crea que lo podrá evitar, se endulce ahora la vida no más que saliendo a las calles de tan vasto lugar a dejar que sea la mismísima sincronicidad, siempre su aliada, la que le conduzca, si es cierto que ya está listo, a los brazos del maestro adecuado. Investigue centros junguianos en Madrid, cursos de Zen, conferencias de sueños y viajes astrales, o cualquier otro llamado desde los mundos de Yupi propios del Puer, y siga el hilo que más coraje le dé (como se suele decir, y nunca entendí qué significa en realidad).
Un fuerte abrazo
Juan Manuel dice
Sip Raúl….sip, ha sido una estupenda interpretación de la Puer_visión. Imagino que la estimulación saturnina es lo que da el tono (Tonal), «La cordura del sabio», «La fluidez de la niñez».
Me estoy transformando en un Puer que simplemente te escucha….
En fin….que cosas.
* En cuanto a ti mi buen achinchetado, que te puedo decir. Mojate el dedo con saliva y alza tu brazo al cielo seguro que sabrás interpretar la húmeda señal. Te deseo lo mejor, je.
Un regalito para los dos
http://www.youtube.com/watch?v=384piAEMoiw
Lastima no poder transmitiros lo que me hace sentir.
jose antonio dice
Muy buenas:
Raúl, como bien apuntas, hay un tema insoslayable en todo puer. El enfrentamiento con Saturno, el Padre. Distinguir entre puer inmaduro y maduro, es, desde luego, muy acertado. Ahí entramos en una nueva distinción entre pre/trans. Por supuesto, que no es lo mismo estar bajo las faldas de la mamma, que entrar en el Útero Materno de la Gran Madre, hoy llamada Inconsciente Colectivo. El primero es un niño de mamá, el segundo es un «prístino hijo de la Madre». De igual modo, no es lo mismo ser un hijo de papá, que sigue las normas colectivas a pie juntillas, aprendidas de su papá, como éste, a su vez, aprendió de su papá (el abuelo del primero); no es lo mismo, digo, que enfrentarse al adversario Saturno, al Padre, que le confronta al puer aeternus con la Tabla de La Ley que, obligatoriamente, ha de seguir. A esta Ley, a estas Normas, que emanan de dentro, y se manifiestan fuera, el puer aeternus no puede escapar. Es, en cierto modo, el trabajo de coagulación, manifestación, de labrado de la piedra bruta. Y ese trabajo, más duro que el más duro de los trabajos colectivos, le espera siempre a la vuelta de la esquina.
Raúl Ortega dice
Confieso que lo de puer maduro e inmaduro se me ocurrió un poco sobre la marcha y a mí mismo me sonó algo inadecuado, por ser tan ambiguo. En realidad yo tenía en mente los diferentes grados de diferenciación de la función intuitiva. Un ejemplo que ahora se me ocurre, un poco traído de los pelos, son los pueres que instauraron el mecanismo de la oración que son los mismos que hoy día siguen a pie juntillas los preceptos del famosísimo Pensamiento Positivo. Ok, algo de verdad arquetípica hay en ello. Su intuición no va totalmente errada en esa dirección. Pero es muy ingenuo creer que los arquetipos están ahí para satisfacer los deseos del ego, sin más, por más grandes y repetitivos que sean. Los intuitivos maduros, sin embargo, no rezan. Escuchan órdenes. Son los que acuñaron aquello de «hágase Tu voluntad y no la mía». Bueno, pues a este género de diferencias me refería en verdad yo.
Hay una película malérrima de Jim Carrey que es «Yes man» (Di que sí), donde con un guión pésimo de todos modos se toca esta cuestión de la diferenciación intuitiva de un modo tan simple y directo que me resulta pedagógico. Concretamente es una película válida como caricatura de los intuitivos extravertidos exacerbados, donde no hay función enjuiciadora que les frene de aceptar todos y cada uno de los caprichos de lo inconsciente.
Saludos
Puer de pueres dice
Seguiré el camino, bailando y zen-cerreando, y tragando anzuelos y prótesis de todo tipo… y que el viento diga hacia donde el próximo paso…
Con la flauta y con el can, se despide agradecido a ustedes por el calor y la esperanza, que como buen trago, dejó la grata conversación…
Prodigas venturas para ustedes caballeros.
Peur por aquí, o por allá…
Buenos vientos y buenos aires…
Raúl Ortega dice
¡Buen camino y buen provecho, hermanito peregrino!
Un enorme abrazo